martes, 30 de diciembre de 2008

Sol en una habitación vacía

Cuadro: Sun in an Empty Room by Edward Hopper, 1963
The room feels inhabited by "nothing that is not there and the nothing that is."
Wallace Stevens
Es la última gran obra de Hopper. Cuando la pintó tenía 81 años. Ese flujo de luz sobre el suelo arrastra una carga emocional llena de optimismo. No es una habitación desangelada, es un espacio preparado para ser decorado, para ser habitado.

Foto: Encuadre 72, Julián Muriel

No es por ponerme trágica, pero sé que, un buen día, puede pasar. Hoy todavía soy capaz de decir a qué día estamos. Es martes, mañana acabará este año. Con su crisis y todo, no quiero despedirme de él. Llegar al 2009 es como deshacerme de un mueble más. Al final, la habitación se vaciará y, con suerte, sólo le quedará un buen rayo de sol. Espero que sea lo suficientemente intenso. Espero que su luz me permita encontrar la puerta que da al camino final ...y yo atine a salir por ella sin molestar.
No es por ponerme trágica (sonrío por dentro). Es que mi hija me preguntó "¿Qué día es hoy?" Y yo no lo dudé.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Mi primer amor cumple 65


"Cuando canta, le tiembla el corazón en la garganta", Joaquín Sabina




Así le amaba yo, y su amor acompañó mis sueños de adolescente y mis desgarros de juventud. Yo le amaba, ya lo creo que le amaba. Y de eso queda una extraña ternura y un agradecimiento infinito a toda la riqueza que me aportó.




Así le recuerdo, vestido de negro, con la guitarra colgada en bandolera y subido a su taburete. El pelo largo sin peinar. Y una sonrisa que abría las carnes. Sólo una vez lo vi en directo. Lo único que no puedo precisar es el año -1974 o 1975- lo demás lo recuerdo como si fuera ayer. Verano, en el auditorio del Parque de Atracciones. Fui con mi hermana. Tuvimos que esperar muchas horas, pero logramos estar en primera fila. Grité, lloré y me deshice sin saber muy bien por qué. Nunca antes, nunca después, viví algo parecido. Hoy, milagro de la ciencia, casi puedo verme entre el público de hace ya ... más de30 años.




¡Felicidades Serrat!

martes, 23 de diciembre de 2008

sábado, 20 de diciembre de 2008

Sentidos


Fotos: Cristina Catarecha, Kiko, Dieter y otros



Cuando era niña, ayudar a colgar la colada en verano era todo sabor y olor y sonido - la sequedad de la madera áspera de las pinzas en mi boca, la suavidad de los tréboles aplastados bajo mis pies desnudos, las suaves brisas agitando toallas y advirtiendo de la llegada de tormentas vespertinas...

Linda Leinen, The Task at Hand

Resulta muy curioso el desarrollo que alcanzan los demás sentidos cuando uno de ellos se nos pierde. Y cómo perdemos esa conexión con los sentidos cuando nos hacemos adultos –observando a los críos, se puede comprobar el gran cambio que se produce en nuestra manera de percibir al ir haciéndonos mayores. También es muy significativo cómo perdemos el olfato cuando estamos deprimidos (anosmia se denomina). Y si al intentar oler una flor estamos pensando en algún acontecimiento pasado o preocupados por algo que pueda suceder, el olor de la flor desaparece. La flor sigue ahí, pero nosotros no somos capaces de sentirla, puede que ni de verla.

En cambio, cuando vivimos el momento con toda intensidad. Cuando logramos estar plenamente en lo que estamos, los sentidos adquieren una relevancia inaudita. Los colores, olores, sonidos, se intensifican hasta, en ocasiones, hacernos llorar. Pero, si en esos momentos verbalizamos lo que sentimos, la magia se desvanece. Salimos del instante.

La vista es, sin duda, el sentido que más utilizamos, sobreutilizamos diría yo, y con ello, los demás queden infrautilizados. Sin embargo, si me dieran a elegir uno de los sentidos, me quedaría con este. Sin leer mi vida quedaría desprovista de la mayor parte de sus nutrientes. Afortunadamente, hoy tenemos a nuestra disposición los podcasts que serían un sucedáneo bastante aceptable.

El sexto sentido es la intuición, que tanto nos falla -mucho más que los demás sentidos. Y éste tiene de malo que no podemos entrenarlo. De hecho, a mayor entrenamiento, menor intuición. Esperemos que, la mucha o poca que tenemos, nos acompañe hasta la tumba.

Silencios

Foto: Rolex

"Remember that silence is sometimes the best answer."

Dalai Lama


La buena música, por bella que sea, está plagada de silencios, que son igual de hermosos y tan necesarios como sus correspondientes notas. Los silencios, en el lenguaje musical, sirven para medir la duración de las pausas, es decir, son notas no ejecutadas.

Mucha gente tiende a no soportar el silencio, se procuran sonidos constantes de fondo (música, radio, televisión) que les acompañen, que les impidan sentirse solos. Algunos llegan incluso a necesitar el ruido para dormir y apagándolo se despiertan. Mucho menos aún, nos sentimos cómodos con el silencio -salvo en contadísimas ocasiones- en una conversación. Con frecuencia nos apresuramos a contar algo para rellenar el vacío y, con la misma frecuencia, dejamos de escuchar a los demás porque estamos concentrados en lo que vamos a decir. Por eso me gusta la soledad, porque, al permitir la entrada del silencio, nos entrena la capacidad de atención. El silencio es, pues, intrínsecamente valioso.

Lo opuesto al silencio, el ruido, especialmente el interior -que es el peor de todos los ruidos- nos distrae de lo verdaderamente importante. Esos ruidos internos son creados por nuestros propios pensamientos (de temor, angustia, expectativas, proyectos, iras, etc. etc.) Pero, estamos tan acostumbrados a sufrirlos, que no nos damos cuenta de que nos inundan. Sin embargo, no tendríamos por qué vivir con la cabeza atrapada por ellos , a pesar de que parar esa incansable máquina de pensar es tarea ardua. Ardua, pero posible. Silenciar nuestra mente tiene un resultado comparable al del alivio que se siente al detenerse un ruido de fondo, soportado, de forma mantenida, durante un buen rato. Es un momento “ahhh”. Por lo que respecta al bullicio, siempre me ha molestado, aunque, en realidad, sé muy bien que lo que más me perturba es mi propia actitud hacia el ruido.

Hace años se escuchaba el slogan de “La arruga es bella”. Yo añadiría “... y el silencio maravilloso."


Fotos: eMi, Ricardo Emilio Bianco, Giomede, Rolex, Antonio Zamora

domingo, 14 de diciembre de 2008

Fuera del tiempo


Foto: Fuera del tiempo, eMi


“Aún no había cumplido siete años y ya sabía que la lenta melopea de las pequeñas partículas algodonosas prefigura lo que siente el corazón durante una gran alegría. La duración se ralentiza y se dilata, el ballet se eterniza en la ausencia de obstáculos, y cuando se posa el último copo, sabemos que hemos vivido ese instante fuera del tiempo que es la marca de las grandes iluminaciones. A menudo, de niña, me preguntaba si estaría a mi alcance vivir instantes semejantes y hallarme en el corazón del lento y majestuoso ballet de copos, liberada por fin del tedioso frenesí del tiempo."



Muriel Barbery, La elegancia del erizo


La primera nevada de la temporada ya está aquí. Es como un milagro que no deja de sorprenderme a pesar de su reiteración casi anual. Experimento una alegría intensa que me hace mirar al exterior y anula el deseo de salir. Miro hacia fuera y veo mi interior, con la certeza de saber que los días venideros serán míos. Yo y nadie más que yo los poseerá. Tiempo de ocio y relajación en el que leer, indagar y, sobre todo, dormir sin despertador serán la prioridad. En tardes de domingo como ésta, que son el anticipo de los días por venir, siento una alegría similar a la que me sobrevenía al recibir la nieve cuando era pequeña. Y siento, además, la dicha añadida de ver caer los copos con los mismo ojos de mis 7 años.

Inmersa como estoy en esta
“agua negra profunda, helada y exquisita del instante fuera del tiempo” la vida se me figura inmortal.
(…)


domingo, 7 de diciembre de 2008

Caminos




El Gato sonrió al ver a Alicia. “Menino de Cheshire”, empezó tímidamente, “¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?” -”Eso depende de a dónde quieras llegar” contestó el gato. “A mi no me importa demasiado a donde” replicó Alicia. “En ese caso, da igual hacia donde vayas” -“Siempre que llegue a alguna parte” aclaró Alicia. -“¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante”.


Alicia en el país de las maravillas, Lewis Carroll

Donde el camino

Andar sin prisa,
siguiendo una dirección imprecisa,
con el propósito de llegar a ningún lugar
-dondequiera que yo esté, están mi sueños.

Caminar teniendo por objetivo cada instante.
Pasear la vida en vez de recorrerla.
Disfrutar de los sentidos que el paisaje despierta.

A veces guijarro, para detenerme.
Otras, hoja muerta,
para dejarme llevar donde el viento quiera.

Y perderme,
sin oponer resistencia.
Gozando del momento de volver a empezar
cuando el camino se cierra.