sábado, 28 de febrero de 2009

Miradas




Todas las miradas son árboles que se deshojan, Carmen Conde

Las miradas son árboles que se deshojan.
Hay que penetrar lo compacto,
que taladrar el misterio para descubrir el suelo
cubierto de álamos, de olmos,
de palmípedos cedros.

La prieta vegetación humilla bajo el peso del tiempo
su copiosidad radiante, de éteres húmeda...
¡Ah el precipitado ímpetu
de las ramas, de las miradas
cortándose de sus troncos!

Apenas algo, apenas el ácido vaho que dilatan
los dientes del rebaño implacable
cuando muerde el pasto...
Humarada invisible de verdor desgarrado,
cálido penacho de olores.

Las perdemos, cortándonoslas inconscientes
de larga contemplación.
Y nos quedamos en tierras desiertas,
en arrasadas orillas,
en fingidos oasis sin agua ni palmeras.
¿Por qué, hasta cuándo, en qué momento
se reunirán todas esas miradas en haz trepidante,
para hacerse breve rayo definitivo?

¡Este viscoso suelo resbaladizo,
las mareas de hojas que eran ojos
agarrándose a las cosas, a los seres, a la ilusión de ver!

viernes, 27 de febrero de 2009

miércoles, 25 de febrero de 2009

Casablanca

Nota importante:
Este video no debe verse antes que la película ya que corresponde al final.




Yvonne: "Where were you last night?"
Rick: "That's so long ago, I don't remember."
Yvonne: "Will I see you tonight?"
Rick: "I never make plans that far ahead."


domingo, 22 de febrero de 2009

Lunes

"Los lunes son la peor forma posible de pasar una séptima parte de tu vida."

Anónimo




Otra vez lunes

E
ternos lunes
que ensombrecen
la tarde del domingo.

Nos engañan
con sus promesas
de novedad.

Nos hacen creer
en una ilusión,
peinada
planchada,
perfumada.

Mañana,
como cada lunes,
yo me vestiré de negro.

Por fuera el negro,
la sonrisa me la maquillaré por dentro.

Montaré en mi nave y conduciré entre sueños,
escuchando de fondo las más tristes noticias.

Otra vez tú, lunes.


Tardes de domingo



Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj, Julio Cortázar


Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Instrucciones para dar cuerda al reloj


Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

sábado, 21 de febrero de 2009

Esperas




Waiting by John Burroughs

Serene, I fold my hands and wait,
Nor care for wind, nor tide, nor sea;
I rave no more 'gainst time or fate,
For lo! my own shall come to me.

I stay my haste, I make delays,
For what avails this eager pace?
I stand amid the eternal ways,
And what is mine shall know my face.

Asleep, awake, by night or day,
The friends I seek are seeking me;
No wind can drive my bark astray,
Nor change the tide of destiny.

What matter if I stand alone?
I wait with joy the coming years;
My heart shall reap where it hath sown,
And garner up its fruit of tears.

The waters know their own and draw
The brook that springs in yonder height;
So flows the good with equal law
Unto the soul of pure delight.

The stars come nightly to the sky;
The tidal wave unto the sea;
Nor time, nor space, nor deep, nor high,
Can keep my own away from me.

viernes, 20 de febrero de 2009

Charles Aznavour, La Boheme



Je vous parle d'un temps,
Que les moins de vingt ans,
Ne peuvent pas connaître,
Montmartre en ce temps là,
Accrochait ses lilas,
Jusque sous nos fenêtres,
Et si l'humble garni,
Qui nous servait de lit,
Ne payait pas de mine,
C'est là qu'on s'est connu,
Moi qui criait famine et toi,
Qui posait nue,


La Bohème, la Bohème,
Ca voulait dire, on est heureux,
La Bohème, la Bohème,
Nous ne mangions,
Qu'un jour sur deux.


Dans les cafés voisins,
Nous étions quelques uns,
Qui attendions la gloire,
Et bien que miséreux,
Avec le ventre creux,

Nous ne cessions d'y croire,
Et quand quelques bistrots,
Contre un bon repas chaud,
Nous prenaient une toile,
Nous récitions des vers,
Grouppés autour du poêle,
En oubliant l'hiver.


La Bohème, la Bohème,
Ca voulait dire,
Tu es jolie,
La Bohème, la Bohème,
Et nous avions tous du génie.


Souvent il m'arrivait,
Devant mon chevalet,
De passer des nuits blanches,
Retouchant le dessin,
De la ligne d'un sein,
Du galbe d'une hanche,
Et ce n'est qu'au matin,
L'on s'asseyait enfin,
Devant un café crème,
Epuisés, mais ravis,
Faut-il bien que l'on s'aime,
Et que l'on aime la vie.


La Bohème, la Bohème,
Ca voulait dire, on a vingt ans,
La Bohème, la Bohème,
Et nous vivions de l'air du temps.


Quant au hasard des jours,
Je m'en vais faire un tour,
A mon ancienne adresse,
Je ne reconnais plus,
Ni les murs, ni les rues,
Qu'y ont vus ma jeunesse,
En haut d'un escalier,
Je cherche l'atelier dont plus rien ne subsiste,
Dans son nouveau décor,
Momtmartre semble triste,
Et les lilas sont morts.


La Bohème, la Bohème,
On était jeunes,
On était fous,
La Bohème, la Bohème,
Ca ne veut plus rien dire du tout.

jueves, 19 de febrero de 2009

The way we were

Retorno fugaz, Juan Ramón Jiménez

¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
—¡Oh corazón falaz, mente indecisa!—
¿Era como el pasaje de la brisa?
¿Como la huida de la primavera?

Tan leve, tan voluble, tan lijera
cual estival vilano... ¡Sí! Imprecisa
como sonrisa que se pierde en risa...
¡Vana en el aire, igual que una bandera!

¡Bandera, sonreír, vilano, alada
primavera de junio, brisa pura...
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

Todo tu cambiar trocose en nada
—¡memoria, ciega abeja de amargura!—
¡No sé cómo eras, yo qué sé qué fuiste!

sábado, 14 de febrero de 2009

Dos






Dos Palabras de Alfonsina Storni

Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
que digo sin quererlo ¡Oh, qué bella, la vida!
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas.

Feliz día a todos los que somos más de uno, incluídos aquellos que saben que el más importante de los romances es el que se tiene con uno mismo.

sábado, 7 de febrero de 2009

Noches de insomnio


Foto: Beatriz Quirós, Nevada del 6 de febrero.

Nieva en mí

N
ieva en mí
cuando las noches se me pasan sin dormir.

Es entonces cuando
todo cuanto sueño se abre al recuerdo.

Y ya no sé si sueño,
recuerdo o rezo.

Tras la ventana,
veo el silencio.
Escucho la farola que se enciende intermitente,
insistente, despiadada.

Cerrados, mis ojos
el amanecer presienten .

Y tiemblo.

No es frío, es miedo.
Miedo que tu respiración
disipa,
... sin tú saberlo.





jueves, 5 de febrero de 2009

domingo, 1 de febrero de 2009

Horas

Vivo obsesionada por las horas, atormentada por la falta de tiempo. Los relojes me persiguen y su tic-tac me quita el sueño. Como Lewis Carroll, a veces, paso las noches en vela, pero, a diferencia de él, ni escribo cuentos, ni descifro problemas.


"¡Dios mío!¡Dios mío!¡Qué tarde voy a llegar!", decía el Conejo Blanco de Alicia. Y yo, como él, siempre voy corriendo, siempre tengo prisa y, para mi angustia- y desespero de los que me esperan-, casi siempre llego tarde a todos lados. Llegué tarde a mi boda, llegué tarde a mi maternidad y llegué tarde a mi encuentro.

Y es que me pierdo. Me pierdo en la ducha, cuando el agua caliente me arropa como una manta de la que no quiero salir por temor al frío de la mañana. Me pierdo en mis pensamientos cuando conduzco y en las palabras cuando leo. Me sumerjo en los paisajes que veo y en los ojos que me miran pidiendo ayuda. No sé salir de muchos sitios y de otros no puedo porque me falta voluntad para ello.



"Era el Conejo Blanco, que volvía con un trotecillo saltarín y miraba ansiosamente a su alrededor, como si hubiera perdido algo”.

Como Alicia, persigo al Conejo Blanco. Busco sin saber qué busco, con el reloj del Sombrerero- que va con dos días de retraso- colgado siempre del cuello.

Afortunadamente, en la carrera, es mucho lo que me encuentro y somos bastantes los que nos vemos, como si no nos importara el Tiempo. E incluso, d
e vez en cuando, hasta celebramos el día del No cumpleaños.