domingo, 30 de enero de 2011

Un día más

Cuadro: La paloma de la paz, Pablo Picasso

Una día más, 
un año más 
y, como siempre, hay que recordarte. 
¿Cuándo, por fin,  vendrás para quedarte?



Confidencia a la Paz por Jon Ander Bollar

No puedo hacerlo sin ti.
Tengo ganas de vivir,
tengo ganas de soñar, despertar,
de disfrutar de lo que tengo
y lo que podría tener,aquí y ahora,
pero no puedo hacerlo sin ti.
Te necesito cada día más, y cada momento.
Cada vez que nace nuevo día,cada vez que
respiro y que lucho por seguir adelante...,
y no puedo hacerlo sin ti!
Nadie puede hacerlo sin ti.
Asi que no nos dejes cada día un poco más,
quédate y daremos un nuevo paso adelante,
un paso que yo no puedo dar sin ti.

miércoles, 19 de enero de 2011

Amor, no todo fue naufragar.


Foto: Two feet of water, Emanuela Franchini

Amor, no todo fue naufragar.
Amar es, y siempre será,
el verbo más bello.



Me va la vida en ello, Silvio Rodríguez

Cierto que huí de los fastos y los oropeles
y que jamás puse en venta ninguna quimera,
siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera.

Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazara con un callejón sin salida
ante otro “más de lo mismo” creí en lo distinto
porque vivir era búsqueda y no una guarida.

Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio
quise quemarla deprisa jugando con fuego
y me abrasé defendiendo mi propio criterio
porque vivir era más que unas reglas en juego.

Pero quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello…
dímelo…
me va la vida en ello.

(No. Ni mucho menos todo fue naufragar)

sábado, 15 de enero de 2011

La muerte vendrá


Foto: La muerte vendrá, eMi

"Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas"

Isabel Allende

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos de Cesare Pavese

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.


Versión de Carles José i Solsora
Un día, también yo seré un espectro. Quedaré completamente olvidada y si alguien ve una foto mía (¿quién sabe?, un bisnieto o un tataranieto), será incapaz de ponerle nombre o ubicarme en la familia. Más tarde o más temprano, no quedarán de mí ni las cenizas.

domingo, 9 de enero de 2011

viernes, 7 de enero de 2011

De cómo hacer un té o tomar una decisión

“El té es una obra de arte y necesita una mano maestra para que sus más nobles cualidades brillen en todo su esplendor”.

Kakuzo Okakura

Aprovechando una de las últimas tardes de mis vacaciones, tomo una taza de mi té preferido (Wedding Imperial), mientras me concentro en tomar una aparentemente fácil decisión.

Cerrar o no cerrar mis blogs, he aquí la cuestión. Tomar una decisión así, como hacer un buen té,  puede parecer fácil pues sólo es necesario seguir unas sencillas reglas. Sin embargo, saltarse alguna de ellas puede arruinar todo el proceso o el más exquisito de los sabores.

Para hacer un buen té es necesario utilizar agua mineral o filtrada, siempre fresca. Aunque el microondas sea más rápido y sencillo, es preferible calentar el agua en la pava. Digo calentar, que no hervir, pues, en la mayoría de los tés (no así en las infusiones) el agua no debe hervir. Un detalle importante consiste en escaldar la tetera ( a mí me gustan las de hierro). Para ello se emplea un poco del agua que hemos puesto al fuego -también se puede utilizar una pava eléctrica. Una vez calentada la tetera, pondremos una cucharadita o un saquito de nuestro té favorito en un buen filtro. En caso de querer hacer varias tazas habría que añadir una cucharadita más de té (u otra bolsita) para la tetera. A continuación vertemos el agua caliente y dejamos que las hojas de té desprendan su sabor por un tiempo no superior al minuto y medio con el fin de evitar que el té resulte amargo. Añadir un chorrito de leche, limón (o nada) depende del té y de los gustos.

Tomar una decisión, por baladí que sea, también tiene su ritual. En primer lugar, debe una hacerse una buena taza de té. A continuación buscar un rato de soledad para escuchar lo que la cabeza nos tenga que decir. Y, finalmente, tras considerar diversas opiniones, darle gusto al corazón. La única manera de saber si nos hemos equivocado o no, será paladear su sabor.

jueves, 6 de enero de 2011

sábado, 1 de enero de 2011