miércoles, 21 de mayo de 2008

De viaje por la vida no se puede ser turista

Herbert James Draper, Ulises y las sirenas, 1909


Ítaca, Constantino P. Kavafis

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca,
ruega que tu viaje sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.

No temas a los monstruos del pasado.
No los encontrarás en tu camino
si tus pensamientos son elevados,
si son auténticas las pasiones

que agitan tu mente, tu cuerpo y tu espíritu.
No encontrarás esos monstruos temibles
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no te los presenta.

Ruega que el camino sea largo.

Que sean muchas las mañanas de verano en que,
con mucho placer y alegría,
entres en puertos desconocidos;
curiosea en mercados exóticos,
para comprar cosas hermosas
– madreperla y coral, ébano y ámbar
y toda clase de perfumes sensuales.
Consigue tanto como puedas.
Visita muchas ciudades lejanas.
Siéntate a los pies de los sabios,
y no dejes de aprender.

Ten Ítaca siempre en tu mente.
Llegar ahí es tu destino.
Pero nunca apresures tu viaje; sé paciente.
Mejor que dure muchos años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
enriquecido con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.

Ítaca te ofreció un maravilloso viaje.
Sin Ítaca no habrías partido.
Pero ya no tiene nada más que ofrecerte.

Y si la encontraras pobre, no creas que Ítaca te engañó.
Sabio como eres ahora, tan lleno de experiencia,
habrás entendido lo que en verdad significan
todas las Ítacas de la vida.


Traducción bastante libre

2 comentarios:

  1. Es curioso que este poema, sea punto de encuentro, para toda una generación y ahora sea completamente ignorado por la mayoría de los disfrutan de sus 20 años.
    Es un placer leer tus entradas antiguas y descubrir jirones hermosos del pasado, cómo este.

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  2. Sin embargo, yo creo que Kavafis, en general, lleva bien el peso de los años y, en concreto, Ítaca es bastante popular entre los jóvenes. Es sorprendente el gran número de jóvenes que lo conocen. La idea de disfrutar del viaje sin esperar a alcanzar el destino encaja de maravilla con uno de los valores más significativos de los jóvenes de hoy, el "presentismo". Lo realmente curioso para mi es que fuera un icono de nuestra juventud cuando a nostros nos educaron con tanto esmero en aprender a posponer la recompensa.
    Gracias por rebuscar entre estas entradas y comentármelas

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