domingo, 1 de febrero de 2009

Horas

Vivo obsesionada por las horas, atormentada por la falta de tiempo. Los relojes me persiguen y su tic-tac me quita el sueño. Como Lewis Carroll, a veces, paso las noches en vela, pero, a diferencia de él, ni escribo cuentos, ni descifro problemas.


"¡Dios mío!¡Dios mío!¡Qué tarde voy a llegar!", decía el Conejo Blanco de Alicia. Y yo, como él, siempre voy corriendo, siempre tengo prisa y, para mi angustia- y desespero de los que me esperan-, casi siempre llego tarde a todos lados. Llegué tarde a mi boda, llegué tarde a mi maternidad y llegué tarde a mi encuentro.

Y es que me pierdo. Me pierdo en la ducha, cuando el agua caliente me arropa como una manta de la que no quiero salir por temor al frío de la mañana. Me pierdo en mis pensamientos cuando conduzco y en las palabras cuando leo. Me sumerjo en los paisajes que veo y en los ojos que me miran pidiendo ayuda. No sé salir de muchos sitios y de otros no puedo porque me falta voluntad para ello.



"Era el Conejo Blanco, que volvía con un trotecillo saltarín y miraba ansiosamente a su alrededor, como si hubiera perdido algo”.

Como Alicia, persigo al Conejo Blanco. Busco sin saber qué busco, con el reloj del Sombrerero- que va con dos días de retraso- colgado siempre del cuello.

Afortunadamente, en la carrera, es mucho lo que me encuentro y somos bastantes los que nos vemos, como si no nos importara el Tiempo. E incluso, d
e vez en cuando, hasta celebramos el día del No cumpleaños.

15 comentarios:

  1. "No sé salir de muchos sitios y de otros no puedo porque me falta voluntad para ello".... es que es así de simple; así lo siento yo. Fantástica descripción de nuestros "quiero y no puedo".
    Un abrazo.

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  2. No sabía que fueras tan poco puntual...¿Cómo se puede llegar tarde a la maternidad?¿Te estaba esperando la niña en recepción?
    Bienvenida al reino de la prisa, gobernado por un tirano EL TIEMPO y sus fieles servientes horas, que todas hieren y la última mata.
    Un abrazo y gracias por tu comentario, te mandaré un correo con mi receta contra la ira.

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  3. Es que vaya cosas que nos cuentas! Que está bien, eh! Es que esto tienen que estar ya resuelto! Cada uno es como es (aunque podamos mejorar, pero no viene al caso), tienes que hacerle entender a toda esa gente que pueda molestarse con tu impuntualidad que si lo eres! Que lo asuman a cambio de toda una bateria de virtudes que seguro que no te faltan. Por ahí va el tema. Cuando ellos lo asumas tú te relajarás hasta el punto de no tener nunca prisa (para que la prisa?). Vas a seguir igualmente llegando tarde pero muy relajada. Ejemplo práctico: Quedas a comer con alguien, llegas tarde, tienes que dar algo a cambio! Pues pagas las comida!Quedarás como impuntual (eso se olvida) pero lo generosa que has sido se recordará.
    Pero no corras, sobre todo porque es inútil, si ya llegas tarde.
    Te lo dice un impuntual experimentado que ya no cambia su paso.

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  4. Gracias Cristina. En realidad, muchas veces es un puedo, ...pero no quiero. jajaja

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  5. Arturo, la verdad es que soy una impuntual selectiva. Me pierde saber que los que esperan están en su casa o acompañados por otros. No llego impuntual al trabajo - excepto este mes de enero que me está matando (lluvia, niebla, nevadas, viento en la A 6!). Pero, llego tarde a acontecimientos en mi vida. Por ejemplo, tuve a mi hija con 33, eso si, justo cuando lo deseé (la impuntual fue ella que se retrasó casi dos semanas).

    Me agobia la falta de tiempo. Quiero más horas al día, más días a la semana y no sé dónde se compran.

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  6. Rolex, Maripili tiene razón. Estoy de acuerdo en que hay que aceptar a las personas como son y, en primer lugar, se debe uno aceptar a sí mismo, pero eso no da carta blanca a actuar con impunidad.
    Además, lo que se pierde cuando uno llega muy tarde no se sabe nunca. Yo, por ejempo, tuve una vez que esperar a un chaval de 18 años durante toda una mañana en Gijón. Cuando apareció explicó que se había dormido. Dado que era nuestra primera cita importante podría haber supuesto el final de una larga y bonita relación.

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  7. Puff...! Vaya bronca Maripili! Y si llego tarde porque me entretuve más de la cuenta comprandote un regalito?
    Que entiendo bien todo lo que apunta Aquiestaella pero tengo el defecto (además del de la impuntualidad, quienes me quieren me lo disculpan) de banalizar aquellas cosas que se plantean como problemas y que en el fondo me parecen frivolidades.
    Pero esto que digo es irrelevante porque es sólo mi punto de vista.

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  8. Puntualmente! Como siempre! y el comentario de Maripili voló!
    Que soy un buen tipo, no ma hagáis sentir como un desgraciado... Que esto lo lee mucha gente.
    Ya me has dejado con la duda, te compensó esa mañana de espera? Por lo menos sabias que estabas ante alguien impuntual pero sincero (nadie es perfecto), y no tuviste que soportar que te contasen una de esas historias que no se las cree nadie.

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  9. Rolex borré el comentario por eso porque no quería ofenderte, a pesar de que sigo manteniendo lo dicho, así que no te ofendas, claro que a las personas se las acepta con todo y la imputualidad no es un defecto, aunque a veces el que espera desespera-

    No era bronca, era una reflexión.

    Muchos besitos a los dos

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  10. Que no me has ofendido para nada. Si yo solo escribí lo que me dijo Aquiestaella, me dijo que pusiera eso para darle un poco de vidilla al blog. No soy así para nada.
    Besos, pero para ti sola.

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  11. Pues gracias ya me quedo mas tranquila. Pero de todas formas teneis que aprender a ser puntuales, tanto Aquiestaella como tú, porque hay personas que yo conozco que no veas la mala leche que se les pone con las personas impuntuales. Y si se trata de dar vidilla al blog, yo me pido primer.

    No sabía que estábais compinchados ja, ja, ja.

    Besitos, otra vez, a los dos.

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  12. (Me reincorporo a la tertulia -es que estaba haciendo la cena)
    Eso es verdad, Rolex, este blog necesita vidilla, así que se agradece.
    Con respecto a tu pregunta, te diré que sí, mereció mucho la pena. A veces me pregunto cómo serían las cosas para un montón de gente si un simple detalle hubiera cambiado la vida de una sola persona. En fin, yo me entiendo, pero si alguien quiere saber más que se lea esa novela de Mitch Albom que se titula "Las cinco personas que encontrarás en el cielo" - aunque, de ese autor, sobre todo, recomiendo "Tardes con mi viejo profesor" (ya me contarás maripili);-).
    Besitos a los dos, para tí también Rolex.

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  13. Bueno, lo que podría haber sido y no fue no tiene respuesta...
    Mi instinto de supervivencia me impide quedar con personas que tengan mala leche, no vaya a ser que me la peguen!

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Cuéntame, te escucho atentamente.