miércoles, 20 de mayo de 2009

El patio de recreo


Foto: Niños en el cole, Patriiciiaaa

Como respuesta a una pregunta de su último examen de Lengua, un alumno de mi tutoría escribió esto hace dos días:

El mundo es uno sólo. Sin embargo, hay múltiples maneras de verlo. De pequeños, todos sabemos que el mundo es un patio de recreo, pero esto se nos olvida en algún momento del camino. Inocencia, curiosidad... son algunos de los valores que todos tuvimos de críos. Pero la mano de la docencia: de nuestros profesores, de nuestros padres, nos enseña un mundo nuevo, lleno de posibilidades. Eso nos cuesta, porque el mundo es del cristal con que se mira y, a veces queremos ser mayores y otras volver a ser niños. Todo pasa y todo queda. La inocencia, la curiosidad, no se pierden, se entierran. ¡Manos a la obra y a desenterrarlas, ya toca! Que el mundo no es mundo sin gente inocente, buena por naturaleza, que confíe ciegamente; o sin gente interesante, enérgica, que quiera saberlo todo de todo... Frente a esto, un muro de hierro: ¡bienvenido al mundo real! Los aprovechados, los que trepan para conseguir el poder, esos son los que triunfan. Rara vez lo hace el inocente, el “infantil'”. Y, en la soledad de nuestra desdicha, nos decimos: ¡qué cruel es este patio de recreo!

Su profesora de Lengua ha fotocopiado el ejercicio y responde así:

Me siento satisfecha al corregir una respuesta como ésta en un examen enorme, con hora y media de tiempo y dos folios de espacio. Gracias.

Deseo que seáis capaces de dejar el patio de recreo de nuestro mundo como los chorros del oro. Entonces sí que me sentiré feliz y orgullosa de haber compartido con vosotros un ratito de mi vida.

Hasta siempre. Un beso.


Tras una jornada larga, con algún sinsabor, me voy a la cama agotada pero con una sonrisa en los labios y la mirada húmeda. Me siento orgullosa de mis alumno/as y tremendamente agradecida a mis compañero/as que me ayudan a creer en un mundo plagado de gente dispuesta a luchar por mantener su inocencia.

6 comentarios:

  1. Que gratificante debe resultar para un profesor, encontrar un alumno así, que le trasmita que sus esfuerzos no son vanos.
    Que necesario, ese sentimiento junenil y convencido, de que se puede cambiar el mundo. Reconforta ver que todavía existen inconformistas.

    Reitero mi admiración por los docentes vocacionales.

    ResponderEliminar
  2. Yo también Arturo. Es mi vocación frustrada (mi padre soñaba con que su hija fuera algún día "la señorita Marié" del barrio).
    Admiro, sobre todo, a l@s profes de instituto -la vía dura-, en contacto siempre con una adolescencia permanente.
    Nunca olvidaré esa locura maravillosa e inaccesible que me transmitían mis profes de literatura, filosofía, latín y griego -así que aunque sacara mejores notas en las asignaturas de ciencias lo que acababa deslumbrándome siempre era el mundo de las letras.
    A otra persona puede haberle pasado lo contrario.

    Así de influyente puede llegar a ser un-a profesor-a.
    Hasta el punto incluso de llegar a salvar vidas -sólo con saber ver los potenciales que una criatura guarda dentro.
    Es una profesión apasionante.

    ResponderEliminar
  3. Realmente puedes sentirte orgullosa, esta respuesta es sorprendente y reflexiva, es la recompensa a tantos sinsabores, tantas noches en vela por esos alumnos/as por los que tanto luchas, le dan sentido a tú profesión que en tí es tan vocacional.

    Los profesores son y han sido protagonistas principales en nuestras vidas, todos hemos tenido, casi seguro, el maravilloso profesor/a o lo contrario.

    Tú te sientes orgullosos de tus alumnos/as, pero ellos deben sentirse orgullosíiiiisimos de tí.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Es una pena chico/as que no pase por aquí más gente. A lo mejor dejaban de ser necesarios los anuncios que reconozcan a esta profesión. Os dejo el link por si tenéis curiosidad (http://www.educarex.es/documentos/anuncio/anuncio.html). Aunque, mientras esto no sea así, nos vendría bien que nuestra querida duquesa tomara nota. Sin embargo, yo creo que no es estrictamente un tema de maestro/as, sino de educadores. Nosotros, padres y madres, tenemos un gran papel en eso. Conozco a la madre de Rodrigo (el autor) y puedo aseguraros que se cumple el "de tal palo tal astilla".

    Un beso XL a todas y a Arturo (también a Rolex).

    ResponderEliminar
  5. Es un trabajo que a mí me compensa mucho, de verdad. Tienes que sentirte muy orgullosa de haber contribuido a que alguien como Rodrigo vaya creciendo con esas miras y esos pasos.
    Y más sabiendo "como esta el patio"
    en estos días...
    Un beso Emi,
    ana

    ResponderEliminar
  6. Ana, compensar, compesa y requetecompesa, pero- no es falsa modestia- no tengo nada que ver con la maravilla de personas con las que cada año me topo en la escuela. Ese chaval es de 2º de Bachillerato y viene ya "hecho". Yo me limito a poner las flores en el jarrón. Lo importante fueron los primeros riegos y abonos (los que das tú) y las semillas (que pusieron los padres). Todo lo demás es mérito de esos seres que, a veces, erróneamente, ponemos en el saco despreciativo de "juventud".

    ResponderEliminar

Cuéntame, te escucho atentamente.