miércoles, 28 de julio de 2010

Teseo y la fundación de Atenas


Foto: Espiando al Partenón de día, de eMi
“Estoy en un estado olimpiano. Aspiro la Antigüedad a pleno cerebro. La vista del Partenón es una de las cosas que más profundamente han penetrado en mi vida. ”
Gustave Flaubert, Viaje por Oriente






En el origen de Atenas se encuentra Zeus, el primer dios del Olimpo. Zeus era un dios verbenero que se enamoraba con gran facilidad. Uno de sus amores fue Parsifae, esposa de Minos, rey de Creta. Como Parsifae le negaba sus favores, Zeus la convirtió en vaca y él, a su vez, se transformó en toro. Fruto de estos ilícitos amores nació un monstruo, el Minotauro, mitad hombre y mitad toro. Minos, sin saber qué hacer con ése que el creía su hijo, lo encerró en un palacio construido por Dédalo.

El Minotauro se alimentaba de jóvenes y doncellas, uno cada luna llena. Esa estremecedora dieta, debía ser suministrada por el rey de Atenas, Egeo, ya que había perdido una guerra contra Creta y no le quedaba otra alternativa que comprometerse a enviar cada año un barco con doce vírgenes, seis varones y seis hembras. Era eso o la destrucción de Atenas. Mientras todos se lamentaban, el valiente Teseo, hijo del rey de Atenas, se presentó voluntario para partir con la intención de acabar con el Minotauro. En un barco con las velas negras -anticipando el luto que la misión provocaría-, marchó Teseo con los demás jóvenes. A su padre le prometió que acabaría con el monstruo y a su regreso navegaría con blancas velas.

Al llegar a Creta, Ariadna se enamoró de inmediato del joven y valiente Teseo. Con el fin de ayudarle a escapar del laberinto, le entregó un ovillo atado a una piedra. De esa forma, Teseo logró acabar con la sangría que el Minotauro representaba para su pueblo y salir con vida del laberinto.

Por desgracia, en el viaje de vuelta, una tormenta provocó que el barco arribara a una isla donde Ariadna se perdió. La tristeza le aturdió olvidando cambiar el color de las velas. Su padre, Egeo, amargado por la pena, se tiró al mar que hoy lleva su nombre y Teseo se convirtió en rey y fundador de Atenas.

6 comentarios:

  1. Que bonita la foto y la música.

    Que bien que compartas con nosotros tanto, fotografias como historia y música, será como conocer Grecia a través de tí, aunque yo tengo intención de ir, pero iré con ventaja sabiendo muchas mas cosas.

    Gracias y bienvenida, te estábamos esperando.

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  2. Yo no creo que pueda tener mas visión de Grecia que la de tus ojos y tu mirada, siempre amé esa tierra que nunca conocí, como siempre esas historias, Teseo,Ariadna...me encadenaron, siempre me pareció una historia triste y a la vez cautivadora.
    Y tu cumpliste tu sueño-mi sueño- de sentir la energía de la sabiduria emergiendo de sabias piedras.
    Que maravilla que ahora lo compartas con nosotros.

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  3. Muchas gracias, Uma. Ya os echaba de menos yo también.

    Lo de Grecia no te lo puedes perder. Todavía sigo en estado "olimpiano". Tengo muchas cosas que contaros y otras tantas que apuntar para que no se me olvide nada.

    Un beso.

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  4. Me alegro que lo disfrutes por aquí, María, pero vivirlo es otra cosa. Es como colocar las piezas de un puzzle que tienes desbaratado.

    La vida da muchas vueltas, nunca se sabe lo que nos depara el futuro, pero todos sabemos que, cuando se quiere algo mucho, se consigue. De todas formas, a mí también me gusta hacer viajes desde el sillón. Es comodísimo.

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  5. Un viaje maravilloso!
    La vista del Partenón : Majestuosa.
    Dicen que va cambiando de color a medida que transcurren las diferentes horas del día ... según el reflejo del sol.
    Entiendo tu estado " olimpiano".
    Una experiencia inolvidable en contacto con la cultura!
    Besos.

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  6. Así es, Carmela, maravilloso. La Acrópolis es un lugar increíble. Sólo allí se siente la fuerza del tiempo.

    Lo de los colores es muy posible. Yo vi cambios desde lejos, ya que, casi desde cualquier punto de la ciudad, se divisa "majestuoso", a todas las horas del día y la noche (gracias a una estupenda iluminación).

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