jueves, 3 de julio de 2008

Simone de Beauvoir

Foto: La Closerie des Lilas. Sobre los pasos de la Beauvoir. Paris, 1986. eMi

“Uno no nace sino que se convierte en mujer”

Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo

Ni los más cultos de los chavales menores de 18 tienen la más remota idea de quién fue esta mujer. Y yo siento que yo no sería yo, si ella no hubiera existido. Fue un icono para mí y para todas aquellas jóvenes que no queríamos sufrir la injusticia que les había tocado vivir a nuestras madres. Ella era para nosotras “la mujer que había conseguido emanciparse, tomar las riendas de su propia vida”. Su vida amorosa, un escándalo para los mayores, era el modelo a seguir. Queríamos ser como ella. La imitábamos como quizás las chicas de hoy imitan a la mujer de Beckham.
Ayer mismo me lamentaba de no tener tiempo para releer su autobiografía –qué envidia, pensaba, qué suerte los que puedan leerla ahora por primera vez. No sé si su “Segundo sexo” habrá envejecido, probablemente sí, pero su autobiografía seguro que queda intacta- recuerdo cómo me vino a la memoria “Una muerte muy dulce” el día que falleció mi padre.




"Niña, adolescente, los libros me salvaron de la desesperación; eso me ha persuadido de que la cultura es el más alto de los valores, y no logro considerar esta convicción con mirada crítica"


Simone de Beauvoir, La mujer rota

Simone de Beauvoir siempre ha estado ahí para mi. Cien años son mucho y no son nada.
Para la mayoría, ella era la amante de Paul Sartre. Para mi Paul Sartre fue su amante.


6 comentarios:

  1. Siempre será mejor imitar, a Simone de Beauvoir que ha Victoria Beckam.
    Una vez más gracias por tus palabras y por este bello sitio.

    Un saludo

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  2. Confieso que no he leído nada de Simone...Conocía su nombre y un pequeño esbozo biográfico o tenía una difusa idea de quién era y qué había hecho.
    Ya sé que no tengo excusa pero..., hay tantas estrellas en el firmamento y...,mi camino siguió otros senderos.
    He intentado encuadrarla un poco más y me ha llamado fuertemente la atención. Parece que es una de esas revolucionarias, en el sentido de ruptura con los paradigmas existentes, una estrella fugaz que rompe esquemas y abre caminos, sobre todo en el difícil recorrido de la liberación de la mujer.
    No sé si en su búsqueda del absoluto, de tener una vida plena, vivida de acuerdo a sus convicciones, tuvo éxito (es decir fue feliz), pero en todo caso, lo intentó (que es algo importante).
    Su filosofía existencialista, me llama la atención. Su forma de ver la vida y entender que ella es la propia responsable de sus actos, de su destino, encaja con la mía.
    Prometo leerla.
    Un beso

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  3. Bueno... Pero ya no imitas a Simone de Beauvoir, no?
    De todas maneras sería muy interesante llegar a saber que dicen las adolescentes que imitan ahora a la mujer de Beckham dentro de 30 o 40 años.
    Y si leyera tu blog la mujer de Beckham y viera que al escribir sobre Simone la mentas a ella, iría corriendo a enseñarselo a su marido, o su amante!

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  4. Sin duda, Arturo, imitar no es una buena opción, pero, es verdad, que en el crecimiento, los modelos son necesarios.
    Las gracias no hay por qué darmelas, es un placer conocer espíritus convergentes.

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  5. Isago, desde luego que abrió caminos, no sólo sobre el papel con El Segundo Sexo, sino también en su propia vida como seguramente habrás leído. Me gustaron especialmente los libros que conforman su autobiografía. Comenzó a escribirla más o menos a mi edad, Memorias de una joven formal, La plenitud de la vida y Final de cuentas. También recuerdo el impacto de La mujer rota, Cuando predomina lo espiritual y Una muerte muy dulce -sobre la muerte de su madre.
    Es posible que todos ellos hayan envejecido, pero para mi eran aire para respirar.
    En cuanto a lo de ser feliz, supongo que lo fue como lo somos todos: No plenamente, ni todo el tiempo, pero sí que supo disfrutar y apreciar todo lo bueno que la rodeó después de superar todos los problemas (ruina de su familia, alcoholismo de su padre, II Guerra Mundial, etc.). Esos son los momentos que, en definitiva, todos aprendemos a sumar (escucha si tienes tiempo, el cuento de Bucay, El buscador -está en la entrada "Tumbas".
    Un beso y gracias por venir y ser tan generoso con tus palabras.

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  6. Jajaja. No, ya no la imito, Rolo, bien lo sabes tú. Ya no me hace falta imitar a nadie, afortunadamente. Todo lo que me enseñó está interiorizado, tanto que, si quisiera recordar qué fue, no te sabría decir. Me cuesta hasta recordar los títulos de sus obras. Gracias a que los tengo en casa (bendita manía mía de comprar lo que leo). Y ¿Sabes qué? Ayer los saqué todos y me encontré unas palabras mías al final de La mujer rota. No estoy segura pero creo que tenían que ver contigo. ¡Eran un reproche!jajaja.
    Un besazo.

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