lunes, 14 de diciembre de 2009

Chopin, senza tempo


El éxtasis de Santa Teresa, Bernini



No tendría aún doce años cuando, una noche, ya en la cama, tratando de sintonizar en la radio algo interesante antes de quedarme dormida –creo que buscaba un programa de humor que entonces solía escuchar, hice uno de los mayores descubrimientos de mi vida. De mi viejo transistor, emanó una música que me dejó... ¿cómo diría yo?, como si acabara de visualizar un ángel. Tengo el recuerdo de sentirme extasiada -seguro que exagero, pero me veo a mí misma con el cuerpo conmovido de Santa Teresa representada por Bernini. Esa primera música clásica que llegó a mis oídos, pertenecía a Chopin, quien, de inmediato (bien es verdad que todavía no conocía a ningún otro), se convirtió en mi compositor preferido. Y así continuó hasta que descubrí a Beethoven. Pero eso sería seis años más tarde.

No soy capaz de recordar qué pieza escuché. No sé si se trataba de un nocturno, un estudio, o una polonesa, pero no podía dejar de inaugurar mi nuevo blog, Senza Tempo, dedicado a la música, sin brindarle a él, al gran Chopin, el primer post. Él fue mi iniciador en este mundo. Un mundo que,
como el de los libros, desde entonces y hasta hoy, nunca me ha fallado.

Espero que los entendidos me sepan perdonar por el atrevimiento de hablar sobre un tema que realmente desconozco. No tengo más pretensión que la de compartir con vosotros las piezas musicales que, en algunas ocasiones de mi vida, me han hecho acercarme tanto a la felicidad, que hasta me la he creído.




2 comentarios:

  1. Son etapas que se conquistan desde la juventud hasta la madurez musical que todos hemos pasado. Al final acabas entregándote a la música de crstal de Mompou o a la espiritualidad del gregoriano de los monjes de Silos. La música es un regalo que hemos recibido y que tenemos la suerte de poder utilizar en todo momento. Me gusta cómo has descrito esa transición. Un saludo cordial.

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  2. Gracias, Fernando. Ciertamente, la música es un regalazo.

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Cuéntame, te escucho atentamente.