domingo, 4 de abril de 2010

La gran calle de mi ciudad

Cuadro: Antonio López García, Gran Vía (1981)



El Paseo de la Virgen del Puerto es, sin duda, mi calle favorita, y eso que ahora está completamente desconocido. Me gusta por su ermita, porque está rodeado de uno de los más bellos jardines de la ciudad (los jardines del Campo del Moro -cerrados a cal y canto cuando yo era pequeña), pero, sobre todo, me gusta porque es el lugar que fue testigo de mi adolescencia y sus muchas primeras veces.

Tras ella, e igualmente por motivos nada objetivos, la calle donde nací es mi favorita. Es cierto que su situación, casi en pleno centro de Madrid la hace envidiable. Pero la razón por la que es muy especial para mí es que, justo al lado, se abre un insólito pinar. Por él cabalgamos nuestros juegos - y sueños- durante toda la infancia.

De ambas calles, una de las cosas que yo más disfrutaba, era su verdor. Toda la vereda que daba al río estaba tapizada de praderas que el otoño cubría de hojas que nadie se molestaba en retirar. De aquellos grandes chopos ya no queda practicamente nada.

Así pues, no puedo decir que la Gran Vía sea mi calle favorita, pero sí la que más me gusta. A ella escapábamos con los primeros permisos paternos para tomar el autobús sin mayores a nuestro alrededor. En ella disfrutábamos de los estrenos de cine mucho antes de que las películas se proyectaran en doble sesión continua en el barrio. Allá acudíamos en busca de saldos en los Almaces Arias. O a merendar tortitas con nata en alguna de sus lujosas cafeterías - Manila, California-, con la tranquilidad de ahorrarnos el billete de vuelta porque el regreso era cuesta abajo. O, simplemente, íbamos por allí a ver.

Madrid es mi ciudad y, si bien siempre eché en ella de menos el mar, al menos tiene la Gran Vía para pasear. Hoy, viviendo fuera, todavía la aprecio más. La mitad de su vida es buena parte de mi historia.




5 comentarios:

  1. Qué bonita es la Gran vía. Precisamente en mi última novela dos de mis personajes viven durante años en un bonito piso de esta calle. ¡Me encanta Madrid!
    Preciosa fotografía y bonito texto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Pues sí bonita calle, bonito texto. Muchos recuerdos nos trae, supongo, a todos o casi todos los que hemos nacido en Madrid, no es la calle que a mi mas me gusta de Madrid, aunque verdaderamente ha ido mejorando con el paso del tiempo. Sin embargo la calle Alcalá tiene, para mi gusto, unos edificios maravillosos. El Pº del Prado es una de las calles por las que a mi me gusta pasear, pero desde luego la Gran Vía es emblemática para Madrid y merece el homenaje que se le está brindando en sus 100 años.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Mercedes. Tengo muchas ganas de leerte. A ver si me hago con unos días.

    ResponderEliminar
  4. Cierto, Uma, Alcalá y Pº del Prado son preciosas. Son otra cosa.

    ResponderEliminar
  5. ¡Se me olvidaba, Mercedes! ¡Y es importante! ¡No es una fotografía! Es una pintura hiperrealista. Antonio López tardó tres años en pintarla. ¡Llegaba a la Gran Vía a las 6 de la mañana! Durante bastante tiempo fue mi pintor favorito. Todavía no entiendo cómo no había utilizado ninguna de sus obras.

    ResponderEliminar

Cuéntame, te escucho atentamente.