"Cuando canta, le tiembla el corazón en la garganta", Joaquín Sabina
Así le amaba yo, y su amor acompañó mis sueños de adolescente y mis desgarros de juventud. Yo le amaba, ya lo creo que le amaba. Y de eso queda una extraña ternura y un agradecimiento infinito a toda la riqueza que me aportó.
Así le recuerdo, vestido de negro, con la guitarra colgada en bandolera y subido a su taburete. El pelo largo sin peinar. Y una sonrisa que abría las carnes. Sólo una vez lo vi en directo. Lo único que no puedo precisar es el año -1974 o 1975- lo demás lo recuerdo como si fuera ayer. Verano, en el auditorio del Parque de Atracciones. Fui con mi hermana. Tuvimos que esperar muchas horas, pero logramos estar en primera fila. Grité, lloré y me deshice sin saber muy bien por qué. Nunca antes, nunca después, viví algo parecido. Hoy, milagro de la ciencia, casi puedo verme entre el público de hace ya ... más de30 años.
¡Felicidades Serrat!
Apenas recuerdo ese día, se fué como casi todo lo que se llevó ese borrado general que hice de mi infancia/juventud, solo me queda el sabor de tu AMOR por él, creo que era tan fuerte que yo me quedé en la orilla (como de tantas otras cosas).
ResponderEliminarBueno, bueno, bueno... Vaya intensidad! Que bueno que aún lo tengas así en tu cabeza, en tu corazón! Esas cosas si que son importantes conservarlas.
ResponderEliminarMaría, estabas en la orilla, no creo que deba pesarte. No podemos estar en todas partes. A estas alturas ya hemos aprendido muy bien que elegir es renunciar.
Besos a las dos.
Estoy de acuerdo con Rolex, María. Cada cual tuvimos nuestros chapuzones.
ResponderEliminarRolex, si a los 15 no se vive con intensidad, no creo que sea posible adquirirla más tarde. Puede conservarse, pero no adquirirse, ¿no?
Por cierto, me sorprende la cantidad de cosas que conservo en la memoria. A veces, llego a pensar que son producto de mi fantasía porque los demás parecéis no recordarlo.
¡Ah!Otra cosa. En realidad Serrat no fue mi primer amor, fue mi primer GRAN amor. Antes fueron Pedrito, Raphael y Jesús Hermida... es que...me cuesta confesarlo.
ResponderEliminarJajajajaja, qué bueno, esos tres, "las tres Marías",
ResponderEliminarYo no me acuerdo de forma tan clara de las cosas de aquellos años, bueno sólo de algunas, pero de Serrat sí, de sus cassettes grabadas incluso de la radio (ya éramos "piratas"), de Penélope...
años!!
Un beso Emi,
ana
Bueno, Ana, a Pedrito no lo conoces. Tenía unos dulces ojos azules (los sigue teniendo azules, pero ya no me parecen dulces). Era un amor real, nada platónico, aunque sólo confesado a medias. Creo que se merece toda una entrada porque tengo la seguridad de que nunca la leerá.
ResponderEliminarLos otros dos son los famosos Raphael y Hermida. A Raphael no le hice una entrada cuando se cumplieron sus 50 años en el escenario. Lo recuerdo en los conciertos de Navidad ¿Tú no? Hermida me enamoró desde Nueva York. Gracias a él no me perdía ni un solo telediario. ¡Qué cosas! jajaja.
Me acuerdo perfectamente de tú PRIMER GRAN AMOR, gracias a tí le descubrí yo, ya sabes que aunque soy mayor casi siempre voy por detrás, ja, ja. Esta parte de tú blog me hace recordar que mi PRIMER GRAN AMOR fuiste TU.
ResponderEliminarmaripili
Jajaja. Es verdad, lo nuestro era pasión. Y por mi parte lo sigue siendo.
ResponderEliminarBueno, eso de que casi siempre vas por detrás, para nada. Descubrimos y compartimos. Todo un lujo. ;-)