Foto: Idolatría de Saul Landell
A mano amada de Ángel González
A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;
allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,
los recuerdos me asaltan.
Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.
Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.
Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.
Precioso, pero muy triste. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarGod damn... this brings me to my knees... and leaves me feeling a little bit empty... longing for those nights I left behind... on the other side of the world...
ResponderEliminarLleno de nostalgia y belleza.
ResponderEliminarUn abrazo.
No nos desanimemos.
ResponderEliminarNo nos desanimemos. Olvidar está bien. Ya se ha dicho que si nos olvidamos, no hay problema; y que el problema está que nunca nos olvidamos.
ResponderEliminarBonito, pero muy triste ¿cuando vas a empezar a pensar en algo mas alegre? Depende ¿de que depende? de según como se mire todo depende...
ResponderEliminarEs verdad; estoy con Uma al cien por cien. No nos hagas sufrir más, aquí, a los clientes.
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