Foto: Lentas lágrimas sucias de Meiro
Vida de José Hierro
A Paula Romero
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
Gran verdad, después de tanto, resultó que para nada. Pero el instinto de supervivencia en más fuerte que nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo Negro / Paint It Black
ResponderEliminarPienso que la situación en que nos dejan los últimos versos del poema puede ser un mal final al que llegar, pero es un buen principio del que partir.
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