Dos cuerpos, Octavio Paz
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
Y son silencios y desiertos, delirios y llantos, sorpresas y risas, abrazos y oceános.
ResponderEliminarUn beso.
Pero por detrás del juego yo veo algo de amor.
ResponderEliminarPor eso están ahí, jugando, esperando a que ocurra algo que les acerque un poco más.
Aunque sea una catarsis.
Y nunca me he creído eso de que no le importa nada.
Sin algún interés, ni siquiera existiría esa canción.
Yo siempre he visto este tema de Luz Casal casi como un llanto de insatisfacción y un grito desesperado para que pase algo.
Y a veces nos autoengañamos tanto...
Marié es muy bonito lo que dices, pero realmente hay veces, hay personas, hay incluso dos cuerpos frente a frente y... "no les importa nada"...
ResponderEliminarNo sé, Uma...
ResponderEliminarYo creo que si dos personas siguen juntas, aunque sea por inercia, debe haber una base de afecto que lo permite.
Y si no lo hay y las circunstancias te obligan, entonces surge un descontento, quizás hasta un poco de rabia, que distorsiona el enfoque con el que vemos a la otra persona.
Siempre hay algo
que debemos identificar y resolver.
No creo mucho (no creo nada) en la indiferencia en la convivencia.
Queda bien en una canción (y me encanta Luz Casal, aunque no comparta algunas de sus letras -como me ocurre con los boleros), pero no me convence.
Dos cuerpos frente a frente son, a veces, uno.
ResponderEliminarUn gran saludo.
De todo hay, Cristina, en la viña del Señor.
ResponderEliminarMarié, el amor siempre está ahí, delante y detrás. Pero, a veces es necesario anestesiarlo. La indiferencia es un recurso, no un juego.
ResponderEliminarUma, yo creo que eso es el hastío. Y supongo que llega, claro que llega. Al amor hay que alimentarlo para que no muera de inanición que es una de las dos formas que tiene el amor de morir. La otra es la saturación. Lo decía Lou Andreas-Salomé en Mirada retrospectiva, un libro altamente recomendable.
ResponderEliminarPrometo hacer una entrada sobre esta intelectual, psicoanalista y feminista. Una de mis referencias de juventud junto con Simon de Beauvoir e Isadora Duncan.
Ipnauj, a veces, sí. Esos son momentos sublimes.
ResponderEliminarDos cuerpos frente a frente son sólo eso, dos cuerpos.
ResponderEliminarPero si es un amor de verdad lo que los pone uno frente a otro, entonces son un cosmos de posibilidades que no pueden describir ni los mejores poetas (y que me perdone Octavio Paz).
Fer.
Lo suscribo absolutamente, Fer.
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