Cuadro: Pájaros muertos de Pablo Picasso (1912, Museo Reina Sofía)
El pájaro de Juan Gelman
Diciendo pájaro lo destruí
y eso no tiene perdón.
El pájaro sigue volando.
Lo he destruido en mí, no más.
Ya no vuela, ya no
Construye su nido en el árbol que no soy ni
agita su pensamiento en mí.
Se perdió entre la enramada y el humo del atrio.
¿Quién soy para él?
Ya nada.
Antes me visitaban lo que perdí
y el recuerdo de lo que perdí.
Ahora son silencio descifrado
y ciertas esperanzas han muerto.
Pero la fuerza infunde fuerza, bellísimo poema, muy muy profundo. gracias Emi
ResponderEliminarLas esperanzas "NUNCA DEBEN MORIR"
ResponderEliminarNuestra vida es una esperanza continua. La esperanza muere cuando nosotros morimos. Todo lo demás no debe engañarnos y frustrarnos. Hay muchos caminos para resolver nuestr situación personal. Leer tus bellísimas poesías es uno de ellos. Te deseo lo mejor. Tu amigo Fernando.
ResponderEliminarEs precioso, ¿verdad, María?
ResponderEliminarRequiere fuerza acabar con lo que a uno le hace daño y mucha habilidad dejarlo vivo: "lo he destruido en mí, no más". Sí eso nos da fuerzas.
Es precioso, ¿verdad, María?
ResponderEliminarRequiere fuerza acabar con lo que a uno le hace daño y mucha habilidad dejarlo vivo: "lo he destruido en mí, no más".
Sí, eso nos da fuerzas.
Uma, ¡te has descolorido! ¿Dónde has puesto tu foto? jajaja.
ResponderEliminarCariño, al destruir al pájaro sólo "ciertas esperanzas han muerto", esas esperanzas que machacan y no alimentan, esas sí deben morir. Creo que estarás de acuerdo conmigo.
Muchas gracias por ofrecernos esta maravilla de poema, pero.............
ResponderEliminary que tal si matas DOS PÁJAROS DE UN TIRO.......
UN BESO, CORAZÓN.
jajaja..., pues no sé qué decirte. Esto me lo tendrás que aclarar, Antónimo.
ResponderEliminarBesazos.
Ah, esas esperanzas sí deben morir, estoy absolutamente de acuerdo contigo.
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