Foto: Daguerrotipo de Lauratalcual
Envejecer de Silvina Ocampo
Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día;
es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva
que en lugar de disminuir los detalles los agranda.
Envejecer es no poder olvidar lo que se olvida.
Envejecer transforma a una víctima en victimario.
Siempre pensé que las edades son todas crueles,
y que se compensan o tendrían que compensarse
las unas con las otras. ¿De qué me sirvió pensar de este modo?
Espero una revelación. ¿Por qué será que un árbol
embellece envejeciendo? Y un hombre espera redimirse
sólo con los despojos de la juventud.
Nunca pensé que envejecer fuera el más arduo de los ejercicios,
una suerte de acrobacia que es un peligro para el corazón.
Todo disfraz repugna al que lo lleva. La vejez
es un disfraz con aditamentos inútiles.
Si los viejos parecen disfrazados, los niños también.
Esas edades carecen de naturalidad. Nadie acepta
ser viejo porque nadie sabe serlo,
como un árbol o como una piedra preciosa.
Soñaba con ser vieja para tener tiempo para muchas cosas.
No quería ser joven, porque perdía el tiempo en amar solamente.
Ahora pierdo más tiempo que nunca en amar,
porque todo lo que hago lo hago doblemente.
El tiempo transcurrido nos arrincona; nos parece
que lo que quedó atrás tiene más realidad
para reducir el presente a un interesante precipicio.
what's so good about today... and worrying about tomorrow... if I had it my way... I'd be trapped forever in the summer of 1986... I like this post... did make make me a bit more nostalgic than I have already been feeling lately...
ResponderEliminarWas that posssible? Was it good?! Feeling nostalgic, I mean.
EliminarBeing trapped is not a possibility for me. What I'd like is precisely the opposite, ... to escape... to be released.
Yo hago elogio de mi vejez que me acerca a ser mejor de lo que fui...no miro atrás porque de eso ya sé... hoy estoy mejor que nunca...¿para qué quiero volver
ResponderEliminarEso es fabuloso, Doña Ana. Ciertamente, volver nunca, simplemente,... no envejecer.
EliminarAtinadas palabras para mostrar la cruda realidad de la etapa más dura de nuestra vida-
ResponderEliminarEstupendo post.
Saludos.
Bienvenida y gracias por dejar tu comentario, ohma.
EliminarBonita literatura ésta... de Silvina Ocampo, que parece producida por un estado de ánimo... muy puntual. Pero, dicho ésto..., ¿qué hay de verdad real y qué de verdad (mentira) psicológica? El día amanece y nos tiene y contiene a niños, adultos o viejos... por igual..., con las mismas luces, mareas, árboles y tempestades... La fragilidad con la que estamos vivos en este planeta... es casi igual... (insignificante diferencia) para un robusto joven, un indefenso bebé o para acartonados viejitos... La edad debería saber..., deberíamos saber algo..., si hicimos bien las cosas... Un razonable uso de nuestro potencial..., nos habrá dejado en algún lado y de algún modo... no del todo desdeñable... ¿De qué hay qué tener miedo? La muerte no es sino el resultado de la vida..., la vejez..., el impulso último para saltar en el Gran Desembarco... Seremos menos materia..., sí, pero más espíritu..., nos iremos lentamente diluyendo y expandiendo por todos los confines... Será un gozo saberse ya..., por fin... (después de dudas e inmadurez sin cuento), amos de nuestro destino... Pero..., para ésto..., habrá que dejarse de falsos apegos..., de ideas tontamente trasmitidas y preconcebidas..., en nombre de futuros artificiales (y fondos de pensión volátiles)... Sí..., nos tendremos que decir sin miedo... que el futuro es la muerte..., pero la muerte es la culminación de este edificio de carne y hueso..., y cuando se venga abajo nuestro esqueleto... ya seremos libres..., seremos de todos (de la especie)..., y volveremos al aire..., al agua..., a las estrellas... Regresaremos a casa después de esta hermosa experiencia humana... Besos y al tajo...
ResponderEliminarEn cambio, Merelles, yo creo que esta poesía no responde a un estado de ánimo. Más bien me parece una fotografía emocional de un territorio que todavía no he visitado y todavía falta hasta que lo haya de pisar. Sospecho que los que ya vieron cómo es, han quemado las fotografías para que no tengamos miedo a acercarnos, dado que sólo morir nos lo evitaría. Silvina se ha atrevido a publicarla porque se ha colado en ese lugar, pero aún puede escapar.
EliminarLa muerte no asusta. Asusta la dependencia que genera el volver a ser niños "después de vivir un siglo".
Este diálogo virtual me trae recuerdos adolescentes, ... jajaja. Un placer retomar esas interminables discusiones.
Quizá todo es vértigo en la vida: lo es la niñez, por la impotencia frente a los mayores, lo es la juventud que se burla de tus sueños, lo es la vejez que te hace torpe...Resolver el enigma de la vida, si es que de eso se trata, será salir del laberinto? Un abrazo.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo contigo, Mateo.
EliminarUn abrazo.
Pues habrá que aprender a envejecer, como dice Silvina.
ResponderEliminarLa resistencia lo pone más difícil, como con todo.
Pero más difícil o menos, sabiendo o sin saber, habrá que pasar por ahí, si un accidente no lo remedia.
Certo, molto certo, Marié. Y más vale que no lo remedie nada ni nadie. No hay nada como experimentar... la vida, la vejez, la muerte. Lo que venga.
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