lunes, 6 de julio de 2009

Bordados

Bordados: María P.




A María

El arte, como reflejo de la vida que es, está condicionado por lo social, lo educativo, los hijos y el amor. Las diferentes experiencias vividas por las mujeres hacen, sin lugar a duda, que el arte realizado por ellas haya sido considerado -hasta bien avanzado el siglo XX- “distinto”, es decir, inferior.

Las mujeres, hasta no hace mucho, estaban destinadas a crecer, casarse, tener hijos y cuidar del hogar. Su entorno quedaba así muy limitado y, en consecuencia, su educación también. Cuando, tras Napoleón, en algunos lugares, se generaliza la educación, sólo las niñas nacidas en una familia de clase media o alta, con unos padres lo suficientemente concienciados como para pagar su educación, logran acceder a ella. Aún así, sólo se les enseñarán los rudimentos de la lectura y la aritmética, junto con las habilidades propiamente “femeninas”, es decir, música (para el descanso del guerrero), pintura a la acuarela (imposible pintar desnudos), cocina, buenas maneras, francés y costura.

Como parte de esa preparación las niñas debían (debíamos más bien, a mi todavía me pilló), completar al menos un par de “dechados” cuyo propósito era el de enseñarnos las técnicas básicas de la costura y el bordado. Pegado de botones, corchetes, cremalleras, elaboración de bodoques, pespuntes, dobladillos, vainicas (sencillas y dobles), bordado en petit point y punto de cruz. Letras y números de muestra que, supuestamente, nos servirían para marcar la ropa en nuestro futuro hogar.

Madres y abuelas, junto con las monjas en la escuela –sólo para niñas-, se afanaban en enseñarnos dichas labores. Nuestra dedicación no suponía gran cosa comparada con la de nuestras madres, que llegaban al matrimonio con un elaborado ajuar, completamente personalizado, compuesto de sábanas, toallas, camisones, “sostenes” y bragas . Ese ajuar era una demostración, no sólo de habilidad, sino también y sobre todo, de obediencia, paciencia y devoción familiar.

Si la mujer tenía vocación de escritora o pintora–por poner un par de ejemplos-, ni pataleando podían viajar, ni entrar en las Academias –no digamos ya, antes de la Edad Moderna, en los talleres gremiales. Conseguir la respetabilidad fuera del matrimonio era imposible. Su única valoración venía determinada por la calidad de su matrimonio y/o el número de hijos. Como resultado de esta situación, cuando la necesidad de crear se instalaba en un alma burguesa, la mujer se ocupaba de lo pequeño, lo cotidiano. Si pintaba, pintaba flores, objetos de decoración o sus animales de compañía. Si escribía, lo hacía con seudónimo. Lo que podía hacer a destajo (no tenía una prole tan numerosa como las de las clases obreras), era bordar. De ahí que éste sea el arte más cultivado por las mujeres. La división de las artes en menores y mayores no es, por tanto, en absoluto casual.

Juzguen ustedes, tras observar estas preciosidades, si el bordado es arte o artesanía.



Estrella de Diego, La mujer y la pintura del XIX español, Ensayos Arte Cátedra. Madrid, 1987
Historia del bordado
The Metropolitan Museum of New York
Labores americanas del siglo XVIII

Os recomiendo la novela de Annita Amirrezvani, The blood of Flowers (La sangre de las flores)

4 comentarios:

  1. Parada obligatoria este blog como muy bien dice Arturo, como ahora tengo menos tiempo he tardado en pasar por aquí, o lo he tenido que hacer con prisas (los nietos me roban el tiempo, están de vacaciones y todavía "habemos agüelas") jajaja, bueno a lo que iba que me disperso, he leído la entrada de "salir del armario" y siento deciros que he terminado con dolor de cabeza, madre mia que intensidad, en fín muy brillantes discusiones, y llego aquí y casi se me saltan las lágrimas, todas estas labores que yo creo que son arte y artesanía, las dos cosas ¿pueden ser las dos cosas a la vez?, son una maravilla elaboradas por una persona que tiene unas manitas con muchisisisisma sensibilidad que son capaces de hacer estas obras de arte.

    Muy bonito Emi, un gran homenaje para Maria.

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  2. Gracias, Maripili. Yo también creo que le gustará.

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  3. ¡¡¡¡por fin!!! gracias Pili por tus palabras y a tí Emi por el homenaje tan lindo. Estoy tan agradecida a mis bordados y todo lo que me han aportado que adoro pensar que es artesanía, sobre todo porque no son creaciones sino: "labor-iosidad", lo que durante siglos significó para la mujer: destino, para mi (Hasta que el Inglés se coló en mi vida) fué liberación. Muchas gracias de nuevo para ambas. Y un beso muy fuerte.

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  4. En mi opinión la artesanía también es arte porque ninguna sería posible sin creatividad. Felicidades por "tus labores" .

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