Hacía siglos que no iba a una exposición de pintura postmoderna. Prácticamente desde que desistí de mi empeño en convertirme en doctora del Arte (ni de cualquier otra cosa). Recuerdo con añoranza los intensos y emotivos paseos solitarios por las galerías del barrio de Salamanca. Y echo de menos esos años cargaditos de ocios, a veces muy bien aprovechados gracias a sorprendentes descubrimientos. Esos momentos tienen un espacio esencial en mi memoria, tan reservado como las experiencias amorosas de aquella época. Pues bien, el pasado jueves, tuve uno de esos reencuentros que últimamente estoy teniendo con algún aspecto de mi pasado. Asistí a la inauguración de una exposición del arte 'más' contemporáneo.
El interés de la muestra, "A vueltas con la maldita pintura", se basa -entre otras cosas- en que artistas ya consagrados presentan a jóvenes creadores de su interés que, a su vez, seleccionan algunas de las obras del comisario de la muestra. Con ello el MUICO (museo de la fundación ICO - Instituto de Crédito Oficial), pretende demostrar que, lejos de estar muerta, la pintura (como los ríos que a veces se secan), siempre encuentra vías para demostrar que está ahí, existe y sigue viva. Las rendijas por las que sigue escapando imparable la pintura -aparte de los pinceles y el lienzo de toda la vida-, son la fotografía, la instalación, el video, la arquitectura y la escultura. Incluso aquéllos que siguen fieles a los formatos de siempre, utilizan uno o varios de los recursos aportados por otras manifestaciones artísticas.
Para esta primera ocasión, ha sido convocado Juan Ugalde (Bilbao, 1958) convertido así en comisario y expositor a la vez. Ugalde es un artista consagrado, de obligada referencia cuando se menciona el arte español de los últimos 50 años. He de confesar que yo no le conocía. Y es fácil de explicar ya que, cuando él empezaba con la pintura -en la década de los 80- yo, prácticamente, lo dejaba. Como todos los que me conocéis bien sabéis, nunca he pintado. Me refiero a mi interés por el arte no conceptual y postmoderno. A finales de esa década, pasé a engrosar las filas de aquéllos que no tenían las claves para diferenciar entre lo que se podía considerar arte genuino o simple entretenimiento y diversión de sus creadores. Empecé a rechazar que me tomaran el pelo con la excusa de que en el Arte no importa el mensaje sino el cómo se transmite -y 'vende'- ese mensaje. El arte empezó a ser mero entretenimiento al que yo me negaba porque dejé de tener tiempo de ocio y empecé a aproximarme a la filosofía. Leía y/o escuchaba entre otros a José María Ripalda, Valeriano Bozal y Derrida que analizaban desde el punto de vista artístico un momento histórico al que yo no podía pertenecer porque trabajaba demasiado para ello.
La otra noche, sin embargo, me reconcilié en parte con los 'neos' y aprecié en toda su salsa que el arte de ese momento no era tan acrítico ni irreflexivo como entonces me parecía. Tampoco tan postmoderno, ya que, como aseguraba Bozal, allá por los 90, en realidad, no existe una ruptura total entre la modernidad (con unos valores nacidos de la Ilustración) y la postmodernidad (con unos valores totalmente ajenos a mí misma, a saber: presentismo, nocturnidad, búsqueda de lo inmediato, pérdida de la individualidad, culto al cuerpo y a la tecnología, todo ello aderezado con una llamativa ausencia de preocupación por la justicia, el valor del esfuerzo o la utopía).
La otra noche fue, por tanto, una reconciliación con el posmodernismo. Pero no con todo él, ya que apenas me interesaron los divertimentos de Fernando García, ni las elucubraciones garabateadas de Maíllo. Sí, en cambio, me interesó, y mucho, la pintura expansiva de Doiz y, sobre todo, lo que "quiso suceder" en la pintura entre crítica-utópica-sicodélica-pop y expresiva, fundamentalmente expresiva, de Juan Ugalde. De él, y sólo de él, recibí yo un 'calambrazo', que es, como asegura en el catálogo de la exposición, lo que a él mismo le gusta sentir.
Sin duda, merece la pena pasarse por Zorrilla número 3.
Cuadro: Gato ZZZ, de Juan Ugalde. Técnica Mixta sobre lienzo, 1984
Cuadro: Lunático con animales, de Juan Ugalde. Técnica mixta sobre lienzo, 2011
Muy interesante esta entrada, claro que mi conocimiento del arte moderno es mínimo, del otro también, pero el otro me transmite y este poco, la verdad, pero yo espero que tu reencuentro sea duradero.
ResponderEliminarTu valoración sobre esta exposición ¿es objetiva?, no se yo, no se yo, jajaja.
Te adoro, guapa!
Gracias, maestra :)
ResponderEliminarContigo, la verdad es que siempre se aprende algo nuevo...
Me gusta el título de la muestra "A vueltas con la maldita pintura", o sea, que habrá que pasarse.
Estoy de acuerdo con Uma: ¿eres objetiva? jajaja
Un besazo, wapa
Deberiamos pasarnos por allí y paladear nuevos aires, por cierto, me sumo a hacer lo del gato: zzzzzzzzzzzz y de paso agradacerte esta maravillosa entrada. Un beso
ResponderEliminarTambién yo lo espero, Uma. A poco tiempo disponible que tenga, pienso perderme pocas exposiciones interesantes.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, ten por seguro que mi valoración es todo menos objetiva. Con el arte postmoderno ¿cómo podría serlo?
Besos, mi vida.
Para maestras, tú, Martuka.
ResponderEliminarSi te animas a ir, te acompaño.
Besos, mi cielo.
Yo también querría ser como un gato... ZZZZZ, María.
ResponderEliminarGracias, como siempre, a ti.
Besos, mi amor.
Dejarse de tanto ZZZZZZZZ y despiertitas, a vivir la vida, que no pensáis mas que en dormir, hombre ya!
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