jueves, 19 de febrero de 2009

The way we were

Retorno fugaz, Juan Ramón Jiménez

¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
—¡Oh corazón falaz, mente indecisa!—
¿Era como el pasaje de la brisa?
¿Como la huida de la primavera?

Tan leve, tan voluble, tan lijera
cual estival vilano... ¡Sí! Imprecisa
como sonrisa que se pierde en risa...
¡Vana en el aire, igual que una bandera!

¡Bandera, sonreír, vilano, alada
primavera de junio, brisa pura...
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

Todo tu cambiar trocose en nada
—¡memoria, ciega abeja de amargura!—
¡No sé cómo eras, yo qué sé qué fuiste!

12 comentarios:

  1. La ciega abeja trabaja incansable para recuperar lo que fuimos y no seremos más. Incluso hacemos propios los recuerdos ajenos, en una misteriosa y solidaria simbiosis, con tal de despertar la anquilosada caja de las emociones.

    Preciosa entrada Emi.

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  2. Es esta ocasión discrepo contigo. La nostalgia no tiene necesariamente que incluir el deseo de regresar, ni recuperar el pasado. Los bellos momentos, que forman parte de lo que ahora somos, son como postales, fotos, cartas antiguas, guardadas con cariño. Lo que a veces me desasosiega es la posibilidad de perder su olor, su esencia. Me asusta la pérdida de la memoria.

    Sinceramente creo - si no me autoengaño- que mis emociones actuales son tan intensas como las que me invadían hace 30 años. Mi caja tiene cuerda para rato (o eso espero!)

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  3. Me asustaba la pérdida de la memoria también, hasta que vi aquella película en la que la protagonista, enferma de alzheimer (Julie Andrews?), olvida su mundo pero se crea otro. Su marido sufre porque la está perdiendo, pero ella no; ella es aún más feliz en su nuevo mundo. Hasta que se lo desmontan.
    Todo el mundo está atrapado en su memoria, sea la que sea.
    Ya no me asusta la pérdida de la memoria; supongo que cambiaré de película, eso es todo.

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  4. Me alegro que pienses así y que tus emociones te parezcan tan intensas cómo aquellas. La sensación de vértigo de la primera vez que montas solo, en bici sin ruedines, ni ayuda, no se vuelve a repetir nunca. De acuerdo que ahora puedes pasear más seguro, incluso disfrutar del paisaje, pero aquella sensación no se repite. También tengo miedo a perder la memoria, pues son los cimientos de lo que soy, pero tal cómo dice Marie, sólo será cambiar de película. Esta semana he estado en Londres, buscando sensaciones antiguas y no las encontré. A pesar de que el Big Ben es el mismo, pero ya no me sabe a Sherlock Holmes.

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  5. Uff Marié, buscaré la película porque no la he visto. Perder la memoria..., no voy a decir que me aterra porque tengo a raya al miedo, pero jo...pelines.M

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  6. Arturo, te entiendo. Lo que quiero decir es que, ciertamente hay cosas que sólo se pueden vivir la primera vez, y, desde luego no conviene pretender volver a sentir lo ya vivido. En cambio, esa sensación de "¿Cómo era, Dios mío, cómo era?" es lo que no quiero que se produzca a cada rato. Me gusta "oler", "revivir" los momentos agradables como disfruto viendo esas películas maravillosas que me hicieron llorar cada vez que las vi.

    En cuanto a los lugares, hace ya mucho que me lo dijeron y, hace mucho también, yo misma lo experimenté: No se vuelve a los sitios en los que se fue feliz porque, al volver, no ves aquello que descubriste. Lo maravilloso es que el mundo está lleno de sitios nuevos que siempre estarán ahí para verlos`por primera vez.

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  7. Pero nos empeñamos en volver y volver y sentir que ya nada será igual, en meter el dedo en la llaga, en volver a Venecia y ese regusto de "a ver que pasa" y no es, ni mejor ni peor, sino diferente, porque básicamente nosotros ya no somos los mismos que éramos, ni Venecia es la misma Venecia sin ti.
    http://www.youtube.com/watch?v=e_hmSm15dbQ

    Pero, ¡qué vida nos espera niña!!
    un besito,
    ana

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  8. Certo, molto certo, bambina.
    ¡Ah! ¡Aznavour! ¡Me había olvidado de él! Merci bien, Ana.

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  9. Ana, lo de "qué vida nos espera", es en positivo ¿verdad? LOL

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  10. Hola!
    Puff! Con la de cosas que todavía me quedan por hacer (llevo bastante retraso en mi vida, la verdad)aún voy guardando cosas en mi memoria, mi baúl o en algún sitio. Ya las rebusacaré donde estén cuando me hagan falta. Todavía no, que me entretengo y no avanzo.

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  11. Claro Emi, siempre en positivo, sin duda!!
    beso,
    ana

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  12. Para eso es el baúl a fin de cuentas. De cuando en cuando, de tarde en tarde, cuando te apetezca sentarte un rato a descansar en la orilla del camino y disfrutar de la vista, echa mano del baúl, verás como te diviertes, emocionas, sonríes y lloras. Muy a menudo no conviene porque nos retrasía el viaje, como tú dices.

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Cuéntame, te escucho atentamente.