Foto: Manos entrelazadas (Museo Egipcio de Berlín), de Julius,
De Corrosión, Carmen Conde
Querer tiene cristales y una pulpa suave
que dulcísima alivia el empuje del fiero
acontecer ardiente del querer sin reposo.
Querer es cataclismo, aunque quieras a un perro
o estés queriendo a un gato...
Si has querido, tú sabes
que estar queriendo duele: es carbón encendido
y no se aplaca nunca, ni hay agua que lo apague.
Querer es el mordisco al pan tierno, y con hambre.
Querer -¿cómo lo digo...?-, querer es un infierno.
Y si no se quiere así, a tragos de locura,
no se vive ni muere. ¡Se pasa de este mundo
como una luz pequeña, que ni el viento la advierte!
Querer tiene cristales y una pulpa suave
que dulcísima alivia el empuje del fiero
acontecer ardiente del querer sin reposo.
Querer es cataclismo, aunque quieras a un perro
o estés queriendo a un gato...
Si has querido, tú sabes
que estar queriendo duele: es carbón encendido
y no se aplaca nunca, ni hay agua que lo apague.
Querer es el mordisco al pan tierno, y con hambre.
Querer -¿cómo lo digo...?-, querer es un infierno.
Y si no se quiere así, a tragos de locura,
no se vive ni muere. ¡Se pasa de este mundo
como una luz pequeña, que ni el viento la advierte!
El poema es precioso.
ResponderEliminarQuzás un poco equívoco. O no:
Querer es un infierno, porque nunca se puede poseer lo que quieres y, además, querer es una adicción; detrás de algo o alguien buscas otro algo o alguien porque lo que importa no es el objeto sino el acto de querer en sí.
Es una locura.
Amar es otra cosa. Amar está muy lejos del infierno. Es reposo. Y no duele, engrandece.
Y no quiere poseer (libre te quiero).
Es libertad.
Y si no se ama así, no se vive ni muere.
Libre te quiero, Emi.
Y feliz.
Hay una frase de Nietzsche, que me parece muy apropiada..."Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura"
ResponderEliminarSe me olvidó decir, preciosa fotografía y maravillosa canción, es de las que te dean un pellizquito por dentro.
ResponderEliminarBesos Emi
Una frase muy apropiada, maripili.
ResponderEliminarY yo, que siempre he creído que hay mucho de locura en la vida, para bien y para mal.
Para mal puede ser un auténtico tormento, un infierno, ya sé.
Pero para bien... es como echar abajo las puertas a ese corsé (o a esa camisa de fuerza) que a veces llaman razón, no?
Qué sería de la creatividad sin un poco de locura.
Qué locura de escultura, preciosa. Preciosa foto.
Precioso tema de Vinicius con... Maria Creuza?
Da igual, precioso.
Como todos los que nos selecciona la anfitriona.
Emi,
ResponderEliminarY que razón tiene (aunque amor y razón no rimen bien), qué razón tiene Carmen Conde: tragos de locura, un infierno.
Pero no me imagino un cielo tan apetecible!
Un beso,
ana
¡Hola a todas! Me encantan que os gusten mis selecciones. Las disfruto mucho más desde que las comparto aquí y recibo vuestros comentarios.
ResponderEliminarEl caso, Marié, es que yo creo que esta poesía habla del amor, todo y en general ("aunque quieras a un perro/ o estés queriendo a un gato"). Me hace sentir mejor saber que es normal cuando el amor me duele, porque a mi me duele, por instantes, pero duele -y más cuanto más intenso lo siento- aunque, estoy -racionalmente- de acuerdo contigo, cuando afirmas que el amor nada tiene que ver con la posesión.
Dice Osho que solo los tontos saben lo que es el amor porque es una especie de locura. En eso se parece al arte y a la belleza en general.
(Por cierto, sí que es María Creuza, Marié. Tengo el LP de vinilo conservado como oro en paño desde los primeros años 80).
Maripili, la cita de Niestzche me parece acertadísima (la guardo en mi colección de cuadernos de citas).
Ana, amor y razón no riman, pero siempre se puede usar el coRAZÓN para subir a ese cielo. =)