Fotos: Arias Gonzalo, Arturo Carrasco, A tai, Badboy69, Chaulafanita, Difusa, Dusty Lens, Gallo Quirico, He goes, Jaime Monfort,Kiko, L4ur4, Miguel Ángel Yuste, Pensiero, Rolex, Silvia de Luque.
Georges Schwizgebel - L'homme sans ombre
Al visitar esta Semana Santa la exposición La Sombra, en el Museo Thyssen-Bornemisza, recordé este video visto en el blog de Ana. Pensé en lo angustioso que sería perder ese "lado oscuro" por mas que nuestra propia sombra, esa figura oscura que proyectamos por la noche en las aceras o en las paredes, nos proporcione algún sobresalto. Quizá por eso Jung eligió el término “sombra” para referirse a ese lugar oscuro del alma que dibuja nuestra personalidad. En cualquier caso, más nos vale aceptarla que quedarnos sin ella.
No se porqué, pero recuerdo a Peter Pan cosiéndose la sombra a sus zapatos y pienso que la sombra es rebelde por naturaleza. Todos tenemos una, pero unas veces se agranda y otras casi desaparece.
ResponderEliminarHay personas que tienen sombras tan grandes que producen eclipses a los que se acercan y otras emiten la luz necesaria, para que seamos capaces de ver a nuestra proyección más oscura.
Bonito tema.
Este último párrafo del texto me recuerda una cosa que solía decirle a mi hija de pequeña, cuando se quejaba de que una amiga le había "fallado" o decepcionado, o un amigo le había hecho esto o lo otro:
ResponderEliminarQué suerte tenemos de ser imperfectas, así podemos entender mejor a las demás personas cuando también meten la pata.
Y es que, nos hagan lo que nos hagan, casi siempre podemos entenderlo porque es muy probable que ya lo hayamos hecho antes.
Y lo más curioso es que cuanto más nos afecta una "falta" ajena es porque más nuestra es.
Aquí estamos, compartiendo la misma naturaleza humana. Las mismas sombras. Y quien más y quien menos, aprendiendo las mismas lecciones.
Qué poético eres, Arturo.
ResponderEliminarMe gusta mucho eso que dices sobre que "otras emiten la luz necesaria para que seamos capaces de ver a nuestra proyección más oscura".
Interesante tema éste, sí.
Ya sabes Emi, somos seres preparados para vivir en la luz, y eso conlleva la consecuencia de la sombra. Ese texto me pareció genial en su día y conserva todo su valor intacto. Aprender a convivir con nuestras sombras y mantenerlas entretenidas para que no acaben siendo ellas las que manden, requiere de un equilibrio digno del mejor funambulista.
ResponderEliminarUn beso,
ana
Mereció la pena esperar. Peciosas fotografias.
ResponderEliminarUna vez oí como le decía una mamá a su hija, no tengas miedo, cuando se quedaba sola en la habitación, y la niña le contestó..."no tengo miedo, porque no estoy sola, estoy con mi sombra...", probablemente lo oyó en alguna película infantil, pero esas sombras le hacían compañía cuando las luces se apagaban.
Tenemos que aprender a convivir con tantas cosas y también con nuestras luces y nuestras sombras,
aunque yo, sinceramente, nunca le había dado mucha importancia a las sombras sino más bien a las luces, pero es que va lo uno con lo otro y no pueden estar separadas.
Besitos
tus sombras me han traido el recuerdo de estas (abajo te las pongo como una sombra de mí misma) que un día alguien me regaló y que yo te regalo a tí como agradecimiento a tu sombras llenas de sensibilidad con las que nos regalas:
ResponderEliminarPoema Juego De Sombras de Eliana Navarro
(Poema en tres tiempos)
I
Como un niño, jugaré con mi sombra
sobre la arena pálida.
Jugaré con la sombra de mis dedos
dibujando figuras sobre el agua,
al borde de la fuente, detenida.
Jugaré a perseguirme por las gradas
donde bailan las hojas del otoño,
e iré llamándome en distintas voces
para escuchar que el viento me responde.
II
Del mar hacia la sombra;
de la noche hacia el viento.
Girasol, girasol,
dolor inmenso, mundo de soledad,
herido cielo.
Te nombro entre la espuma,
te adivino en el sueño,
vago por los caminos
murmurando un lenguaje que no entiendo.
Caracol, cascabel, secreta música,
mariposa de luz entre mis dedos.
III
Todo está ya cumplido.
Ahora sólo quiero
reclinar mi cabeza y dormir.
Todo lo que era llama se convirtió en ceniza.
El mar calló su coro de tempestuosas voces.
El viento sus laúdes.
El corazón, su enigma.
Con las manos atadas,
con los ojos vendados,
¿hacia qué noche,
hacia qué oscura y larga noche
camino sin descanso?
Pues yo tengo otro poema, sobre Sombras, aunque ya hay varios, creo que no importa así aprendemos mas cosas sobre sombras es de Gustavo Tisocco:
ResponderEliminar"En tus espacios inconclusos
acuné mis sombras
¿Pasa el tiempo o somos nosotros
los que doblegamos sin sentido las agujas del reloj?
Fecundamos sueños, risas y amaneceres,
pero insensiblemente el hijo quedó atrás perdido en valles de coral
y bruma.
No hay mercaderes, ni cartas marcadas.
Océanos impetuosos sin barcos.
Montañas de arena fugitiva.
El film que nunca vimos y
la cuna que quedó sin flores.
Las risas se tornaron vertientes oculares, después nostalgia,
resignación, para culminar en la
sombra que hoy se anida
en tu espacio inconcluso."
Qué inspiradoras, las sombras.
ResponderEliminar(Ya sabía yo que me había metido en El Rincón del-a Poeta).
La cumbre, para mí, en el tercer tiempo de Eliana Navarro.
De dónde sacáis estas joyas?
Y luego dicen que no se lee -ni se escribe- poesía.
Que no hay tiempo.
Que son malos tiempos para la lírica...
Arturo, ahora que mencionas lo de Peter Pan, me acuerdo de lo divertido que es cuando los niño/as descubren su propia sombra pero no saben todavía lo que es. Y ¡lo que disfrutan con las sombras chinescas y los juegos de sombras en la pared!
ResponderEliminarCuando alguien emite luz para que nosotros podamos ver nuestro lado oscuro nos solemos enfadar en lugar de agradecer la sinceridad del que se atreve a proyectar luz sobre nosotros.
Es cierto, Marié, me doy cuenta de que, cuanto más meto la pata, más comprensiva me vuelvo hacia los demás.
ResponderEliminarPues yo me quedo con el primer tiempo del poema que nos ha regalado María,... jugando con las sombras con la ingenuidad del niño.
Y ¿Cómo se hace eso?
ResponderEliminar¡Mantener entretenidas las sombras! Así que ese era el truco… Gracias, Ana.
ResponderEliminarGracias, Maripili, por esperar. Las fotografías son fantásticas. He descubierto un nuevo placer seleccionándolas.
ResponderEliminarYo creo que lo difícil es aceptarse el lado oscuro, reconocerlo y aceptarlo. Y es imprescindible hacerlo puesto que todos debemos tener uno –sino seríamos insoportablemente perfectos. Aunque, a veces, lo que nos ocurre es que no vemos nuestro lado luminoso, y eso puede que sea incluso más terrible.
Es un regalo precioso María. Me identifico con el tercer tiempo, pero, como le decía a Marié, me encanta el primero. Las gracias te las doy acompañadas de un gran beso.
ResponderEliminarJustamente se trataba de eso, Manipa, de aprender sobre nosotros mismos y nuestras sombras. Si además disfrutamos de la belleza de la fotografía y de la poesía, miel sobre hojuelas. Las sombras, como bien dice Marié, son enormemente inspiradoras y el poema que compartes con nosotros me lleva a la bruma, otro precioso tema. Queda pendiente.
ResponderEliminarLas fotos son inspiradoras y las poesías también. Y también me toca la evocación de Arturo de Peter Pan cosiéndose la sombra a sus zapatos y su comentario sobre que la sombra es rebelde por naturaleza.
ResponderEliminarEs cierto, es el yo rebelde, por eso está en la sombra.
Pero rebelde no siempre quiere decir necesariamente buena, adecuada, amiga.
ResponderEliminarA veces la sombra está saboteando nuestros objetivos sin que nos demos ni cuenta, fastidiándonos, haciéndonos y haciendo sufrir, y en vez de poner una luz que mitigue y debilite la sombra nos empeñamos en cosérnosla a los pies. Qué apego.
Parece que el ego no quiere desprenderse de nada que le identifique, de nada, ni aunque nos esté matando.
En fin, esto de las sombras parece que da para mucho, mucho juego y muchas lecturas, a la carta...