Alfama
Cuando Lisboa anochece
Como un velero sin velas
La Alfama toda parece
Una casa sin ventanas
En donde la gente se arrecia
Y pone agua robada
En el espacio quitado a la amargura
Que la Alfama conserva encerrada
Entre cuatro paredes de agua
Cuatro paredes de llanto
Cuatro muros de ansiedad
Y por la noche el canto
Hace encender la ciudad
Encerrada en su desencanto
La Alfama huele a nostalgia
La Alfama no huele a fado
Huele a pueblo, a soledad
Huele a silencio angustiado
Sabe a tristeza con pan
La Alfama no huele a fado
Pero no tiene otro canto
Composición: Ary dos Santos/ Alain Oulma
Cuando Lisboa anochece
Como un velero sin velas
La Alfama toda parece
Una casa sin ventanas
En donde la gente se arrecia
Y pone agua robada
En el espacio quitado a la amargura
Que la Alfama conserva encerrada
Entre cuatro paredes de agua
Cuatro paredes de llanto
Cuatro muros de ansiedad
Y por la noche el canto
Hace encender la ciudad
Encerrada en su desencanto
La Alfama huele a nostalgia
La Alfama no huele a fado
Huele a pueblo, a soledad
Huele a silencio angustiado
Sabe a tristeza con pan
La Alfama no huele a fado
Pero no tiene otro canto
Composición: Ary dos Santos/ Alain Oulma
Apenas sin salir de casa durante estas largas vacaciones, he disfrutado, desde mi ventana, como una niña, del frío, la lluvia y la nieve. He dormido como una adolescente, acostándome tarde y levantándome a las tantas. Esos han sido dos de los mejores regalos que he recibido esta Navidad. El tercero ha sido una antología del fado, entre cuyas canciones he descubierto esta joya de mi admirada Amália Rodrigues. Se titula Alfama.
Escuchándola he viajado en el tiempo. A un tiempo en el que Lisboa era una ruina muy bella. Y he recordado La Alfama, su ropa tendida y chorreante por las calles estrechas y empinadas, su olor a húmedo, los niños cantando fados en los cafés y los postres de naranjas en rodajas.
Pido disculpas por la torpe traducción de esta hermosa y triste canción. He tratado de entender el original y trasladar al castellano lo que me inspiraba.
Los recuerdos nos aportan felicidad en la medida que se guardaron en nuestro gozo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Imagino que los recuerdos que no nos aportan felicidad no los conservamos, o tratamos con todas nuestras fuerzas de olvidar. Yo, al menos, es lo que hago. En cambio conservo con cuidado todos aquellos que me hacen sentir lo feliz que en algunos momentos soy y fui."
ResponderEliminarGracias, Mercedes, por acercarte y comentar.
Tengo unos recuerdos personales inolvidables del barrio de Alfama ¡Qué encanto, qué personalidad! Esos barrios pobres son lo más bello! Si encimas escuchas a Amália Rodrigues ¡qué te voy a contar! Un fuerte y ariñoso abrazo.
ResponderEliminarMe alegra que la entrada te traiga esos buenos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.