Qué maravilla: Grecia. Con gusto, me metería en tu maleta, aunque sea verano y el calor apriete. Disfruta de ese fascinante país, cuna de la sabiduría. Un abrazo.
Cuando estés en Grecia, sigue escuchando atentamente: puede que cuando subas a la colina de la Pnix, donde se reunía la "ekkesía" o asamblea del pueblo ateniense, sobre la tribuna de oradores aún resuenen las hermosas palabras de Pericles que pronunción en el "elogio fúnebre" a los atenienses muertos el primer año de la Guerra del Peloponeso: "tenemos un régimen que no envidia al de las demás ciudades, sino que más bien son ellas las que nos envidian: su nombre es democracia". En ese lugar , por primera vez en la historia, hubo "parresía" o libertad de expresión e "isonomía" o igualdad de derechos ante la ley. Todas las democracias del mundo han seguido los pasos de Atenas, porque a pesar de que entonces era un sistema imperfecto (las mujeres y los esclavos estaban excluidos del sistema), el paso que dio la humanidad hacia la modernidad fue larguísimo. Disfruta de estos lugares. Ya no son lo que fueron, pero el simbolismo de lo que representaron es conmovedor.¡Y cuéntanos en el blog tus sensaciones! Besos: Fer.
tú, de vacaciones en ese maravilloso pais, y yo, preocupada porque Atenas en sus alrededores está ardiendo. pásalo muy bien , y apunta todo lo que escuches y veas para luego transmitírnoslo. Un beso muy fuerte
Efectivamente, Isabel, hizo mucho calor, pero mereció la pena, ¡ya lo creo! Como bien decías, Grecia es un país fascinante. Por desgracia, está atravesando un momento muy difícil, aunque estoy convencida de que saldrán triunfantes porque es un país acostumbrado a las dificultades.
Fer, como me recomendaste, subimos a la colina de la Pnix. Nos costó mucho encontrarla, pero con la paciencia y ayuda de mis acompañantes, lo conseguimos. La primera dificultad fue que el nombre del lugar se pronuncia completamente distinto en demótico (algo así como /nika/) y, además, es un lugar al que casi nadie acude (a no ser para ver los espectáculos de luz y sonido de la acrópolis, ya que es allí donde se realizan).
Las sensaciones fueron inefables, así pues, me limitaré a compartir unas imágenes que inmortalizaron la belleza del instante.
Imagino, Raúl, que, como el mismísimo Lord Byron, el enamorado de Grecía podría hasta morir por ella, así pues, ir dos o tres veces en la vida es lo mínimo. Volveré, Lo necesito.
Qué maravilla: Grecia. Con gusto, me metería en tu maleta, aunque sea verano y el calor apriete.
ResponderEliminarDisfruta de ese fascinante país, cuna de la sabiduría.
Un abrazo.
Buen viaje, que lo disfrutes.
ResponderEliminarTe esperaremos a la vuelta.
Un abrazo.
Cuando estés en Grecia, sigue escuchando atentamente: puede que cuando subas a la colina de la Pnix, donde se reunía la "ekkesía" o asamblea del pueblo ateniense, sobre la tribuna de oradores aún resuenen las hermosas palabras de Pericles que pronunción en el "elogio fúnebre" a los atenienses muertos el primer año de la Guerra del Peloponeso: "tenemos un régimen que no envidia al de las demás ciudades, sino que más bien son ellas las que nos envidian: su nombre es democracia". En ese lugar , por primera vez en la historia, hubo "parresía" o libertad de expresión e "isonomía" o igualdad de derechos ante la ley. Todas las democracias del mundo han seguido los pasos de Atenas, porque a pesar de que entonces era un sistema imperfecto (las mujeres y los esclavos estaban excluidos del sistema), el paso que dio la humanidad hacia la modernidad fue larguísimo. Disfruta de estos lugares. Ya no son lo que fueron, pero el simbolismo de lo que representaron es conmovedor.¡Y cuéntanos en el blog tus sensaciones! Besos: Fer.
ResponderEliminartú, de vacaciones en ese maravilloso pais, y yo, preocupada porque Atenas en sus alrededores está ardiendo.
ResponderEliminarpásalo muy bien , y apunta todo lo que escuches y veas para luego transmitírnoslo. Un beso muy fuerte
Pasalo muuuuyyyy bieeeeennnnn. Lo mismo vienes ya siendo diosa. Bueno, perdón, que ya lo eres corazón.
ResponderEliminarBesos.
Antonimo.
Disfruta y cuídate mucho.
ResponderEliminarUn beso.
He estado allí en dos ocasiones. Es un país precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, Isabel, hizo mucho calor, pero mereció la pena, ¡ya lo creo! Como bien decías, Grecia es un país fascinante. Por desgracia, está atravesando un momento muy difícil, aunque estoy convencida de que saldrán triunfantes porque es un país acostumbrado a las dificultades.
ResponderEliminarHe disfrutado tanto, Mercedes, que ahora estoy sin palabras, con ganas de contarlo todo, pero sin fuerzas para resumirlo.
ResponderEliminarFer, como me recomendaste, subimos a la colina de la Pnix. Nos costó mucho encontrarla, pero con la paciencia y ayuda de mis acompañantes, lo conseguimos. La primera dificultad fue que el nombre del lugar se pronuncia completamente distinto en demótico (algo así como /nika/) y, además, es un lugar al que casi nadie acude (a no ser para ver los espectáculos de luz y sonido de la acrópolis, ya que es allí donde se realizan).
ResponderEliminarLas sensaciones fueron inefables, así pues, me limitaré a compartir unas imágenes que inmortalizaron la belleza del instante.
María, no sé si seré capaz de contaros todo lo que vi, escuché y aprendí. Me conformaría con transmitiros todo lo que disfruté.
ResponderEliminarGracias, Antónimo, ya me parecía a mí que yo tenía enchufe aquí en la tierra, pero no sabía porqué, jajaja.
ResponderEliminarEspero que tú también lo estés pasando muy bien.
(¿Para cuándo esas judías con almejas?)
Gracias, Marié. Ya sabes que sigo tus consejos al pié de la letra, especialmente éste.
ResponderEliminarImagino, Raúl, que, como el mismísimo Lord Byron, el enamorado de Grecía podría hasta morir por ella, así pues, ir dos o tres veces en la vida es lo mínimo. Volveré, Lo necesito.
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