Muchos somos, Pablo Neruda
De tantos hombres que soy, que somos,
no puedo encontrar a ninguno:
se me pierden bajo la ropa,
se fueron a otra ciudad.
Cuando todo está preparado
para mostrarme inteligente
el tonto que llevo escondido
se toma la palabra en mi boca.
Otras veces me duermo en medio
de la sociedad distinguida
y cuando busco en mí al valiente,
un cobarde que no conozco
corre a tomar con mi esqueleto
mil deliciosas precauciones.
Cuando arde una casa estimada
en vez del bombero que llamo
se precipita el incendiario
y ése soy yo. No tengo arreglo.
Qué debo hacer para escogerme?
Cómo puedo rehabilitarme?
Todos los libros que leo
celebran héroes refulgentes
siempre seguros de sí mismos:
me muero de envidia por ellos,
en los filmes de vientos y balas
me quedo envidiando al jinete,
me quedo admirando al caballo.
Pero cuando pido al intrépido
me sale el viejo perezoso,
y así yo no sé quién soy,
no sé cuántos soy o seremos.
Me gustaría tocar un timbre
y sacar el mí verdadero
porque si yo me necesito
no debo desaparecerme.
Mientras escribo estoy ausente
y cuando vuelvo ya he partido:
voy a ver si a las otras gentes
les pasa lo que a mí me pasa,
si son tantos como soy yo,
si se parecen a sí mismos
y cuando lo haya averiguado
voy a aprender tan bien las cosas
que para explicar mis problemas
les hablaré de geografía.
Por que tan seria?
ResponderEliminarEmi,
ResponderEliminarestás guapísima, seria si, y
por qué tenemos que reirnos siempre en las fotos?, a mi no me gusta que parezcan una pose. Las personas somos como somos, serias o risueñas, y hay veces que las fotos no sacan nuestros verdadedos rostros, que no nos reconocemos.
Yo opino que estás guapa, una mujer muy hermosa que expresa reflexión y silencio, transmite paz. Me ha recordado a los cuadros de Edwar Hopper.
Un beso,
ana
P.s. Me alegra ver por aquí a mi amigo Isg, ;-)
La seriedad tiene muchas explicaciones. En esa época acababa de dejar un trabajo que odiaba y había hecho mi maleta para, sin conocer a nadie, irme a vivir a Londres hasta que consiguiera hablar inglés. Ya no era muy jovencita, pero el lugar no era para risas. Atrás había dejado todo y a todos. Creo que es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, pero fue duro al principio. La intención era, además, Ana, hacer una fotografía siguiendo la estética de E. Hopper. Enhorabuena por tu ojo. Esa foto no saca mi verdadero rostro. No saca mis muchos defectos. Pero, no pretendía salir bien. Para salir bien, ya tenía todas las que me había hecho Rolo -nadie ha sabido retratarme nunca mejor, seria o sonriente.
ResponderEliminarGracias Ana por tus cumplidos. La juventud nos hace bellos a todos. Sobre todo si nos vemos en retrospectiva. Yo no me reconozco, pero, como dice el poema, somos muchos.
Si el mundo es un pañuelo, imagínate Ana, las redes que se pueden tejer en Internet. Explorando desde lo más cercano se van descubriendo sorprendentes conexiones. Este medio es absolutamente alucinante. Ayuda a hacer continuos descubrimientos y provoca reencuentros. Todavía estoy impresionada. ¿Me acostumbraré?
La introspección, la reflexión interna que refleja tu autorretrato encaja perfectamente con la poesía de Neruda en busca de sus yos. Espero que tú hayas encontrado tu yo bueno en cada momento, aunque me temo que, como a todos, de vez en cuanto te haya salido el que no deseabas.
ResponderEliminarA ese rostro le faltan los surcos que dibujan los años vividos, rastros del pasado "soñado", y que ayudan a enfrentarse al futuro deseado y, a encontrar tu auténtico yo. Aunque estás muy guapa, a mí me resultan más interesantes los rostros surcados por los años y… su historia.
Un beso
Isg, el yo no deseado no me ha salido de vez en cuando, sino continuamente, y no sólo de jóven, sino también de adulta. Y, si, estoy contigo en que la madurez proporciona enormes ventajas a las que ya no renunciaría por nada del mundo.
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