"La misión de la madre no es servir de apoyo, sino hacer que ese apoyo sea innecesario."
Dorothy Canfield Fisher
Canción tonta, Federico García Lorca
Mamá. Yo quiero ser de plata.
>Hijo, tendrás mucho frío.
Mamá. Yo quiero ser de agua.
Hijo, tendrás mucho frío.
Mamá. Bórdame en tu almohada.
¡Eso sí! ¡Ahora mismo!
Dorothy Canfield dice lo que toda madre quisiera conseguir para su hij@, pero ¿no crees que se les suele atribuir demasiado poder a las madres? Ésa es una misión demasiado grande para cualquiera, incluso para una madre. Dudo que ella sea la única responsable de la autonomía y recursos personales de su hij@. Hay otras muchas influencias poderosas en el entorno. Una madre hace lo que puede, pero luego cada persona hace también lo que puede o quiere con sus experiencias, no?
ResponderEliminarPrecioso regalo de reconocimiento este poema de García Lorca.
Y es de bien nacid@s ser agradecid@s, como suele decir una amiga de Almería.
Un abrazo muy fuerte y ánimos (que nunca sobran) para todas las madres.
Me sumo a este precioso homenaje, que, por supuesto se te tenía que ocurrir a tí, es precioso el mejor homenaje que se le puede hacer a la madre, precioso Emi y gracias, como también soy madre me tomo como sí también fuera para mí. Gracias en nombre de las madres.
ResponderEliminarEn estos tiempos de crisis, esta frase está muy bien:
ResponderEliminarEl corazón de una madre es el único CAPITAL del sentimiento que nunca quiebra, y con el cual se puede contar siempre y en todo tiempo con toda SEGURIDAD.
me uno a tí y vosotras a este precioso homenaje, no estoy de acuerdo para nada con la frase de Dorothy Canfield, tal vez no la entienda bien, pero como ya sabes mi kiko llevó puesto muchas veces ese poema. Os felicito tambien aunque tarde en este dia.
ResponderEliminarOs remito a una entrada que por casualidad acabo de encontrarme. Se titula Cómo enseña un maestro. Desarrolla la cita que Marié y María no comparten. A ver que os parece. Me parece muy interesante.http://pensamientoliberado.blogspot.com/2009/05/como-ensena-un-maestro.html
ResponderEliminarNo es que no comparta la frase, Emi; como digo, toda madre aspira a que su hij@ no necesite su apoyo. Como dice Eva Bach ("Adolescentes, qué aventura!"): siempre tendrás un plato de comida en mi mesa pero mejor que no lo necesites. Y la entrada del blog que mencionas la encuentro muy ilustrativa en muchos sentidos.
ResponderEliminarLo único que me parece un poco desproporcionado es la palabra "misión". Creo que culpamos demasiado a las madres de los errores, tropiezos o debilidades de l@s hij@s y no creo que sean las únicas responsables, y menos en esta sociedad global donde las educadoras por excelencia son las nuevas tecnologías.
En cualquier caso, yo también aspiro a que mi apoyo sea innecesario -para mi hijo, mi hija, mi madre y todas las personas que quiero.
Pero, en cualquier caso, aquí estará.
He leído la entrada que mencionas Emi, y tiene mucha razón. Encontrar la medida justa de libertad para que nuestros hijos experimenten también por ellos mismos sin estar como su sombra sobre ellos, y sin dejar de estar siempre vigilantes. Una tarea dificil, un equilibrio casi imposible.
ResponderEliminarUn beso,
ana
Tienes razón Marié, "misión" es excesivo y, desde luego, no somos las únicas ni las últimas responsables, pero nuestro papel es tan fundamental como difícil. Lo que pasa es que hoy en día pecamos de sobreproteccionismo y, en mi opinión, las consecuencias de ello son tan graves como la ausencia de la suficiente atención. Alcanzar el equilibrio, como bien dice Ana, es más que complicado.
ResponderEliminarPues sí, yo pienso lo mismo, Emi.
ResponderEliminarHay una película, "Roma", en la que al final el protagonista (creo que era José Sacristán?) recuerda a su madre (Roma) como la persona más importante de su vida.
Una amiga me recomendó la película, entre otras cosas porque se había enternecido mucho al final.
Yo sentí que eso es lo último que quiero para mi hijo; pensé que lo que quiero es que sea capaz de crear mundos (y personas -todo es una creación mental) importantes en su vida, fuera de mí. Enamorarse a tope.
Ahora tiene un hijo, y sé que es la persona más importante en su vida. Y antes tuvo una pareja que también lo fue. Así es como me gusta verle.
Espero que a mi hija le pase igual.
Un hijo o hija enganchad@s emocionalmente a su madre (o padre) no es lo mejor que podemos desear para ell@s.
Ser importantes para ell@s, sí, claro. Pero no lo único (qué fracaso). Ni lo más.
Es curioso porque ahora disiento yo. Llamarlo fracaso me parece también excesivo. Como tú bien decías, hay muchos factores que contribuyen a la dependencia psíca, emocional o económica. Lo que sí es importante es contribuir, en el grado de lo posible y con la flexibilidad debida, para que nuestros hijos e hijas sean lo más independiente posible.
ResponderEliminarTienes razón. ¿Ves? Yo misma he vuelto a caer en el error en el que no quiero caer: sentirme responsable de todo lo "malo" que les pase.
ResponderEliminarHay muchos factores en la educación de una persona; una madre es importante pero sólo es uno más.
He comprado el último número de Psicología y he visto varias cosas tuyas. Tengo ganas de poder leer...guaaa.
ResponderEliminarTú disfrutas de todo, así que no dudo que le sacarás partido. A mí aún no me ha llegado.
ResponderEliminarPero creo que salen las entrevistas a Brian Weiss (éste sabe de vidas pasadas y futuras; pequeño, etéreo, suave y acesible, parece que tienes delante un ángel), Marina Subirats (sobre hombres y mujeres) y Mónica Caballé (la terapia de la filosofía, sabia y transcendente y además guapísima). Y un test sobre diferentes formas de aprender...
El resto de temas será una sorpresa también para mí.
Lo mejor de PSICO, también, es el buen rollo entre la gente.